El pasado 12 de noviembre en Santander, Martin Fyrla, de 23 años, salió de su casa para dar una vuelta y jamás regresó. Se encontraba en su domicilio cuando de repente sintió la necesidad de salir a despejarse. Así se lo comunicó a su hermano Adrian, quien quiso asegurarse de si estaría para la comida.
Eran las 13:00, Martin aseguró: "Sí, sí. No te preocupes, es dar una vuelta, prometido, vuelvo antes de comer". Sin embargo, llevan buscándolo desde entonces.
Adrian Fyrla, un reconocido productor musical y DJ, comenzó a especular sobre el paradero de su hermano. En casa primero pensaron que igual necesitaba más tiempo a solas, o que estaría reunido con algún amigo.
Todos eran conscientes de que Martin no estaba pasando por un buen momento. Hacía escaso mes y medio que la madre de ambos hermanos había fallecido. "Martin le ayudaba mucho y estaba muy unido a ella", comentaba Adrian.
Trataron de llamarlo al móvil, pero este estaba en modo avión. Es algo que no les sorprendió, puesto que solía hacerlo con regularidad cuando quería pasar tiempo consigo mismo.
Cuando cayó la noche, la familia fue en su búsqueda, pero no encontraron al joven. Decidieron establecer el tiempo límite de un día para que Martin apareciera. Sin embargo, debido al mal temporal que hacía y a que Martin había salido solo con lo puesto, los familiares interpusieron la denuncia el domingo.
Una vez en la comisaría, proporcionaron todos los datos que pudieron darle a la policía. Desde el aspecto físico de Martin, hasta cómo iba vestido exactamente. Toda la información que pudiera ser útil para encontrar al miembro de la familia.
Rápidamente se organizaron batidas para buscar al joven de 23 años. Además se empapeló la zona con carteles con su foto. También comenzaron a difundir la noticia mediante las redes sociales.
Un hombre y sus hijas: los únicos testigos
Paralelamente a las primeras horas de la desaparición de Martin, un hombre se encontraba de excursión con sus hijas por Cueto, Santander. Estaban realizando una ruta por la zona costera cuando vieron a una persona nadando tranquilamente en el mar.
Al tratarse de una zona bastante peligrosa, el hombre llamó al 112 y dio el aviso. Sin embargo, en un momento dado dejó de visualizar a la persona. El testigo explica que intentó advertirle del riesgo al que se estaba exponiendo, debido a que había mal oleaje.
"No sé si no me hizo caso o no me oyó", comentaba el hombre. Un helicóptero de emergencias sobrevoló la zona en busca de la persona. Al no ver ningún indicio y al no haber aún puesta una denuncia, el helicóptero se marchó de la zona.
La tarde del domingo posterior a la denuncia, la Policía Nacional acudió a la casa de la familia para avisar de que Martin podría haberse adentrado en el mar.
En un principio la policía le dijo a la familia que en esos momentos estaban buscando a dos personas. Al bañista que fue visto en el mar y a Martin.
Sin embargo durante una de las batidas, días más tarde, encontraron las zapatillas desatadas y la sudadera de Martin. Las prendas fueron halladas en la zona costera donde el joven fue visto en el agua. Concretamente, en unas rocas, lo que para la policía confirmaría que Martin fue la persona vista en el mar ese día.
La familia mantiene la esperanza
A pesar de que la hipótesis de los agentes sea esa al 99%, Adrian no pierde la esperanza y se mantiene aferrado a ese 1% restante.
Se aferra a la posibilidad de que su hermano no acabara en el mar: "Quizá solo hay una, pero es una probabilidad real de que mi hermano no esté en el agua".
La familia ahora permanece a la espera de que se retome la batida por mar. Esperan que, en el caso de que el joven se encuentre en el agua, puedan encontrarlo lo antes posible.