Marcelo José Garrido Fernández, un gijonés de 50 años aficionado a la pesca, perdió la vida el sábado en la costa de Narón (La Coruña). El hombre se precipitó por un acantilado de veinte metros. En el momento del accidente estaba practicando la pesca deportiva junto a dos amigos.
Marcelo, vecino de Nuevo Gijón, era transportista y un gran aficionado a la pesca. Siempre aprovechaba su tiempo libre para practicar su pasión, y desde los quince años iba a pescar a esa zona de Galicia. Conocía bien el terreno, y por eso sus allegados aseguran que fue mala suerte.
La muerte de este gijonés ha sido un duro varapalo para sus familiares y amigos, que ahora le recuerdan con mucha tristeza. Le definen como una buena persona, con un carácter muy afable que le hizo cosechar muchas amistades. Hoy se celebrará el funeral en Cabueñes, antes de ser incinerado.
Tropezó y cayó: pura mala suerte
Todo ocurrió por mala fortuna, mientras Marcelo estaba pescando junto a dos amigos en la costa de Narón. De repente, el hombre tropezó y cayó por un precipicio cerca de la isla de Pena Lopesa. Sus acompañantes no pudieron hacer nada, más que dar el aviso a los servicios de emergencia.
El helicóptero Pesca 2 salió del puerto de Celeiro (Lugo) rumbo a Narón, para rescatar el cuerpo del pescador. Pudieron recuperar el cadáver y depositarlo en una zona próxima, cerca de la playa de Campelo (Valdoviño). Allí, los servicios sanitarios confirmaron que había fallecido.
A falta de conocer los resultados de la autopsia, todo apunta a que el hombre murió debido a un fuerte traumatismo. Su cuerpo fue trasladado al Hospital Naval de Ferrol, donde ayer le practicaron la autopsia. La autoridad judicial abrió una investigación para esclarecer lo que parece un accidente fortuito.
Sus amigos quedaron muy afectados
Era la una y media de la tarde del pasado domingo, cuando Marcelo se encontraba junto a dos amigos haciendo lo que más le gustaba. Tras precipitarse al vacío, sus compañeros llamaron a emergencias. Bomberos de Ferrol y Narón se desplazaron hasta la zona, junto con Policía Nacional y Policía Local.
El equipo de rescate trató de descender para llegar hasta el cuerpo de Marcelo, pero no fue posible. Estaba en un lugar inaccesible, así que solicitaron la asistencia de un helicóptero que sí pudo evacuar el cadáver. Sus amigos quedaron muy afectados al presenciar la caída del pescador.
En declaraciones a El Comercio, la viuda del fallecido, Geli García, ha definido lo ocurrido como “un accidente muy desgraciado”. Ha explicado que su marido era muy aficionado a la pesca y que conocía muy bien esa zona. “Tenía mucho amigos, le gustaba alternar tomando unas botellas de sidra”, recuerda.
Últimamente frecuentaba más ese lugar
Decenas de amigos y conocidos se citaron ayer en el tanatorio de Cabueñes, donde fue velado el cuerpo de Marcelo Garrido Fernández. Según explicaron, el gijonés sentía una especial atracción por la pesca en zonas costeras. Últimamente frecuentaba más a menudo la costa de Narón.
Los pescadores más veteranos reunidos ayer en el tanatorio recordaban otros accidentes similares en la misma zona. Repetían que Marcelo era un pescador experimentado, pero que este tipo de accidentes son imprevisibles. “Mala suerte” era la expresión más repetida entre los presentes.
Marcelo era transportista, empleado en el sector cárnico, y hace un tiempo le dieron una nueva ruta que pasaba por Narón. A partir de entonces empezó a frecuentar con más asiduidad esa zona de la costa. Ha sido en ese lugar donde ha perdido la vida ese vecino gijonés querido por todos.