Montaje con fotos de Manuela Chavero y Eugenio Delgado

Reconstruyen los últimos instantes con vida de Manuela Chavero: ‘sádico sexual’

Según los expertos, Eugenio Delgado la estranguló mientras trataba de violarla

Eugenio Delgado, un ganadero de 24 años, lleva desde septiembre de 2020 en prisión provisional como sospechoso de la muerte de Manuela Chavero. Fue asesinada el 5 de julio de 2016 en Monesterio (Badajoz). En los próximos meses está previsto que empiece el juicio con jurado popular. 

Durante la fase de instrucción, expertos de la Guardia Civil en análisis del comportamiento (los ‘cazadores de mentes’) elaboraron un perfil del presunto asesino. Caso Abierto ha accedido al informe. La conclusión es que se obsesionó con la víctima y la mató mientras intentaba violarla.  

El informe añade que el sujeto “presenta un trastorno por sadismo sexual que le hace tener una excitación sexual intensa derivada del sufrimiento”. Delgado siente “fantasías y deseos sexuales irrefrenables” con personas sin su consentimiento. Ese fue el caso de Manuela, con un final trágico.

Prácticas sexuales extremas

Manuel Delgado está siendo investigado por el homicidio de Manuela Chavero pero no por agresión sexual. Los investigadores creen que desnudó y asfixió hasta la muerte a la víctima antes de enterrarla en una zorrera. Durante cuatro años fue testigo del sufrimiento de su familia.

Montaje con fotos de fallecida y asesino
Manuela Chavero fue asesinada por Eugenio Delgado en 2016 | La Noticia Digital

El informe pericial de los ‘cazadores de mentes’ pretende apoyar la investigación para saber cómo murió la víctima. El sospechoso es un sujeto “con preferencia por prácticas sexuales extremas, relacionadas con la violencia y la humillación”. El sufrimiento físico o psicológico le produce placer, apuntan.

Para elaborar su estudio se han desplazado hasta Monesterio (Badajoz) y han entrevistado al entorno del joven. Han entrevistado a cuatro amigos, un compañero de trabajo, tres vecinos y tres mujeres con las que estuvo. Varias prostitutas y una madame completan la lista de aportaciones.

Eugenio Delgado, un enfermo sexual

A raíz de las pesquisas han conseguido saber que Eugenio era un consumidor habitual de servicios de prostitución. Siempre pedía mujeres de entre 40 y 50 años, y prácticas extremas. Quería “insultarlas, agarrarlas del pelo, escupirles, eyacularles en la cara, orinar encima e introducirles objetos”.

Eugenio se excitaba al ver sangrar a las mujeres sometidas y al observar su sufrimiento. Lo que más deseaba era ver a una mujer desesperada, dispuesta a vender su dignidad y a someterse a sus peticiones. “Tiene que dolerle, pasarlo un poco mal, ese es el morbo que tiene”, dijo en una ocasión.

En varias ocasiones las prostitutas se negaron a las peticiones de Eugenio por cruzar todos los límites. Otra mujer que estuvo con él relata que no conseguía excitarse hasta que le tiraba del pelo y la sometía. Ese patrón se repite en todas sus relaciones, con un profundo menosprecio a la libertad sexual de las mujeres.

Caprichoso, impulsivo y violento

Los ‘cazadores de mentes’ también se han preguntado de dónde viene este trastorno. El contexto en el que creció pudo influir negativamente en la forma como se relaciona con las mujeres. Sus padres se separaron y él se quedó con su padre, el cual le generó un rechazo hacia su madre y el resto de mujeres.

Su inestabilidad emocional refuerza su carácter impulsivo que le hace obsesionarse con las mujeres. Por ejemplo, malinterpreta los gestos de cortesía como invitación al sexo, y cuando se siente rechazado la idealización se convierte en desprecio. El resultado de todo ello son los brotes de violencia.

El perfil de Eugenio también coincide con el de un depredador sexual. Según los testigos, vigilaba y acechaba a varias mujeres con las que se obsesionó, esperándolas largas horas en la puerta de su casa. Cuando aparecían las abordaba y les pedía que aceptaran tener una relación con él.

Sabía perfectamente lo que hacía

Los investigadores creen que este patrón cuadra con lo que pudo ocurrirle con Manuela. El joven se obsesionó con su vecina, veinte años mayor que él, y empezó a acecharla hasta que intentó cometer la agresión sexual. El rechazo de Manuela desencadenó su respuesta emocional incontrolada.

Foto de la fallecida
La familia de Manuela Chavero quiere conocer toda la verdad | Cedida

En el 75% de los homicidios sexuales actúa el trastorno por sadismo sexual que padece el asesino de Manuela Chavero. La diferencia entre un agresor sexual y un sádico como Eugenio es que el primero no suele acabar con la vida de sus víctimas. La mayoría de estos asesinos asfixian a sus víctimas.

Señalan que el asesino era consciente en todo momento de lo que estaba haciendo. La autopsia revela que la víctima tenía dos dientes rotos, además de la nariz y tres costillas, fruto de una agresión violenta. Escondió su cuerpo bajo una plancha de hormigón para evitar que la encontraran.