La violencia contra las mujeres sigue siendo una de las principales lacras en México, donde cada día se producen diez feminicidios. El último caso es especialmente llamativo, porque muestra el miedo con el que viven a diario miles de mujeres. Lidia Gabriela, de 23 años, ha muerto durante un intento de secuestro.
La joven se lanzó de un taxi en marcha presa del pánico al comprender que estaba siendo víctima de un secuestro. Sucedió sobre las 17:30 horas del 1 de noviembre, y el caso ha salido a la luz gracias a la difusión de su familia. Quieren que su muerte ayude a concienciar sobre la lacra de la violencia machista.
Según ha explicado su hermano Diego, la joven entró en pánico cuando vio que el taxista no quería detener el vehículo. Entonces empezó a pedir ayuda por la ventana, pero nadie hizo nada por ella. Presa de la desesperación, decidió arrojarse del taxi en movimiento con la esperanza de librarse del taxista.
Víctima de un secuestro
El cuerpo sin vida de Lidia Gabriela quedó tumbado en el asfalto de Ciudad de México, mientras el taxista se daba a la fuga. “Muchas personas la escucharon pidiendo ayuda, pero desafortunadamente no pudieron hacer nada”, afirma su hermano. Piden ayuda para encontrar al chófer que la llevaba.
Lo que se sabe por ahora es que Lidia tomó un taxi, un Nissan Versa de color blanco y rosa, sobre las cinco de la tarde. Subió al vehículo en la colonia Las Peñas Iztapalapa, al sur de la capital, y recorrió unos tres kilómetros. En la ubicación donde supuestamente tenía que bajar, el taxi siguió su marcha.
Lidia escribió un mensaje a su novio diciendo que el taxista había tomado otro camino y que le estaba cobrando de más. Veinte minutos más tarde llegaron al metro Constitución, pero en vez de dejarla bajar arrancó y apretó el acelerador. Fue entonces cuando entendió que estaba siendo objeto de un secuestro.
No es un caso aislado
Apenas avanzados cien metros, Lidia consiguió abrir la puerta y lanzarse con el taxi en marcha de manera fatídica. Su cabeza se estrelló contra el pavimento y murió en el acto. Lejos de detenerse, el conductor siguió su marcha huyendo del lugar donde había quedado tendido el cuerpo de la víctima.
Han pasado ya cuatro días y, de momento, sigue sin haber ninguna detención por la muerte de esta joven. La fiscalía ha informado que hay una investigación en marcha siguiendo el protocolo de feminicidio. Lo único que han desvelado es que “probablemente se tiró del taxi en movimiento”.
Un par de horas antes de su muerte, unos ciclistas encontraron el cuerpo sin vida de otra joven. Ariadna Fernanda, de 22 años, también había tomado un taxi la noche anterior en Ciudad de México. Apareció muerta y golpeada en el Estado de Morelos, a varios kilómetros de donde se había montado en el taxi.
El peligro de subirse a un taxi
Cada vez son más los casos de taxistas que aprovechan los viajes con chicas jóvenes para secuestrarlas, violarlas y asesinarlas. La muerte de Debanhi Escobar, el pasado 9 de abril, se convirtió en un símbolo en su país. La joven de 18 años apareció muerta después de que un taxista la recogiera de madrugada.
Debanhi había estado en una fiesta con sus amigas y tras una pelea entre ellas se quedó sola. Llamó a un conductor de la aplicación Didi para que la recogiera, a las cuatro de la madrugada. Tras una discusión, el taxista la dejó sola en la carretera y se marchó después de hacerle una foto.
Trece días más tarde apareció su cadáver a escasos metros de donde desapareció, y a día de hoy aún no hay detenidos. “Que una mujer no pueda tomar un taxi sin que su vida corra riesgo es un problema”. Así lo expresa José Luis, amigo de Ariadna, y sus palabras son el fiel reflejo de lo que ocurre en México.