El sufrimiento de la familia de Juan Carlos Gallego, el guardés natural de Guadajira (Badajoz) muerto en Francia a causa de un edema pulmonar el pasado 27 de febrero, no tiene nombre. Han sido muchos días y noches los que han pasado con demasiada angustia porque veían que había problemas para que sus restos viajasen desde Marsella a Extremadura.
Ha sido mucho tiempo esperando para que el cuerpo de este extremeño volviese junto a los suyos, después de un mes cargado de tristeza por el que han pasado sus familiares.
Finalmente, los restos mortales de Juan Carlos Gallego pudieron llegar a su pueblo y recibieron sepultura en su localidad natal, Guadajira.
El drama de Juan Carlos, fallecido lejos de casa por un edema pulmonar
El cuerpo de Juan Carlos salió del país galo a eso de las 8:00 de la mañana del pasado martes 22 de marzo. Y llegaba más de un día después al cementerio de dicha población pacense.
Así lo confirmaba aEl Periódico de Extremadura, Eva Gallego, su hermana, después de contarles que había sido un largo viaje de 26 horas.
Esta también aseguraba que, aunque su familiar perdió la vida el día 27 de febrero, no levantaron el cadáver hasta el 28.
Por si fuera poco, en los papeles oficiales viene el día 3 de marzo como fecha de la defunción de su hermano.
"La verdad es que la caja era una barbaridad grande. Lo hemos enterrado en el nicho especial que ha hecho el Ayuntamiento del pueblo para él", sostiene una apesadumbrada Eva.
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Lo cierto es que Juan Carlos sufría obesidad mórbida y tuvieron que abrirle dos nichos, uno pegado al otro para poder meter su cuerpo.
La familia de Juan Carlos por fin le ha podido despedir en su localidad natal
Hace unos días, las propias hermanas de Juan Carlos explicaban que querían por fin descansar después del fallecimiento de su hermano. Deseaban verle de una vez por todas en el pueblo que le vio nacer.
Tenían el deseo de velarle a la llegada del cuerpo, pero finalmente no pudo ser por el estado en el que se encontraban dichos restos.
Por otro lado, nada más que llegó al cementerio de la localidad extremeña, el cura de dicha población dio un emotivo responso. Y muchos de los vecinos del pueblo estuvieron arropando a la familia en estos momentos tan complicados.
En estos días, Eva y su hermana Isabel, así como su madre, están "muy cansadas y regular" después de tantos sobresaltos. Y sobre todo, esperando a que Juan Carlos volviese a su tierra natal para despedirle como se merecía.
Las numerosas trabas para la repatriación del cuerpo de Juan Carlos
Al menos, saben que aunque haya pasado un mes desde su muerte, por fin han podido darle descanso. Y todo tras el edema pulmonar que acabó con su vida mientras estaba trabajando en una finca próxima a Marsella.
Su hermana explica que fue un trabajo temporal que solía acometer por meses, según los requerimientos de la finca. "Estuvo aquí por Carnaval. Hacía solo tres días que se había ido cuando pasó todo", deslizaba hace unos días.
"Nos enteramos de que mi hermano había muerto por un amigo. Nos pusimos en contacto con el seguro y empezaron las trabas. Fuimos nosotros los que tuvimos que llamar al consulado. Queríamos averiguar en qué morgue estaba y saber qué funeraria francesa se estaba haciendo cargo del cuerpo", lamentaba no hace mucho tiempo.
Finalmente, esta pasada semana los restos de Juan Carlos descansan ya en la localidad donde nació y creció. Un pueblo que ahora llora su muerte, ya que era uno de los vecinos más queridos de toda la localidad extremeña.