Las fiestas patronales de Íllora (Granada) se han teñido de sangre y de luto por la trágica muerte de un chico de 19 años. Juan fue brutalmente agredido a la salida de las casetas la madrugada del domingo al lunes. Ayer, una multitud se echó a las calles para pedir justicia y mostrar su indignación.
Íllora se encuentra en pie de guerra contra los agresores, un clan familiar conocido por meterse siempre en problemas. Todo lo contrario que la víctima, un estudiante universitario que nunca se metía en líos. “Buscaban a otro, y como no lo encontraron se liaron a golpes con Juan”, aseguran.
Los testigos de la agresión identificaron a los responsables, pero siguen desaparecidos. La Guardia Civil busca a dos varones como sospechosos, pero no descartan que haya más implicados. Íllora es en estos momentos un polvorín, y temen que la situación se les vaya de las manos.
Quién era Juan
Juan Castro, granadino de 19 años, estudiaba primero de INEF en la Universidad de Almería y soñaba con ser futbolista. En su círculo de amigos recuerdan que tenía un talento innato para cualquier deporte, aunque su favorito era el fútbol. Así es como describen a Juan, un chico sano y deportista.
Pero si algo destacan por encima de todo es su bondad, una amabilidad que le llevó a cosechar grandes amistades. Por eso en el pueblo tienen claro que Juan no se metió en ninguna pelea, sino que fue víctima de una agresión. “No murió, lo mataron”, claman en las redes sociales.
Juan era un chico muy conocido y querido en Íllora, buen estudiante y proveniente de una familia honrada y trabajadora. El concejal Jacobo Calvo fue tutor de Juan durante su etapa como docente, y le recuerda con estas palabras: “Brillante y generoso, era de esos niños que dejan huella por su forma de ser”.
Indignación en el municipio
Desde la madrugada del lunes, el pueblo de Íllora vive sumido en una terrible pesadilla. El asesinato de Juan ha levantado una ola de indignación que ayer se manifestó con conatos de violencia. Miles de vecinos caminaron en procesión al grito de “queremos que se vayan del pueblo”.
A su paso destrozaron varias viviendas del clan familiar, antes de llegar al final del recorrido y leer un manifiesto: “Este horror supone un aumento en la escalada de sucesos que venimos sufriendo desde hace tiempo. Exigimos actuaciones rápidas para que devuelvan la tranquilidad que no se nos debió arrebatar”.
A las diez de la noche, efectivos de los antidisturbios de la Guardia Civil se desplegaron por el pueblo para evitar males mayores. Varios vecinos habían forzado puertas y ventanas para entrar en la casa de los supuestos agresores. Juan será enterrado hoy, entre fuertes medidas de seguridad.
Víctima de una brutal paliza
El domingo por la noche, Juan estuvo bailando y riendo en las fiestas del pueblo junto a su novia y sus amigos. A las siete de la mañana salió de la caseta disco de la mano de su novia y junto a otros jóvenes. Allí fueron asaltados por miembros de un conflictivo clan familiar del municipio.
Según los testigos, se liaron a puñetazos con Juan, que recibió un empujón y cayó de espaldas golpeándose la cabeza contra el bordillo. No contentos con eso siguieron dándole patadas por todas partes. Sangrando y malherido, el chico intentó huir pero a unos veinte metros perdió la conciencia.
La pelea generó una estampida de jóvenes corriendo y gritando presos del pánico, que a su vez despertó a los vecinos. Los asaltantes hirieron a otro joven que tuvo que ser atendidos por los sanitarios. Los enfermeros también trataron de reanimar a Juan, pero todo fue en vano y acabó muriendo.
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