La desaparición de la psicóloga madrileña de 23 años Sandra Bermejo, el 8 de noviembre en Gijón, sigue rodeada de misterio. El coche de la joven apareció en un parking en el Cabo de Peñas dos días después. Se mantienen abiertas todas las hipótesis, pero gana peso la teoría de una desaparición forzosa.
Hay que recordar que primero los investigadores apuntaron a una posible caída accidental en los acantilados. Pero el cuerpo nunca apareció, y en los últimos días han centrado los esfuerzos en la búsqueda en tierra. Nuevas pistas indican que pudo haber sido víctima de un secuestro.
Una de las personas que conoce bien a Sandra es el famoso psicólogo Javier Urra, que fue su profesor. Su teoría es que Sandra quedó con un conocido aquella fatídica tarde, y este se la llevó en contra de su voluntad. Así lo ha explicado en El Cierre Digital, donde ha hablado sobre esta desaparición.
La tesis del secuestro
Javier Urra, psicólogo famoso por aparecer en varios programas de televisión, fue profesor de Sandra Bermejo en el Centro Universidad Cardenal Cisneros. Descarta la hipótesis del suicidio “por su carácter y su forma de hacer”. Y tampoco cree lo del accidente, ya que “era muy deportista y conocía esa zona”.
Urra se inclina por la desaparición forzosa, y cree que la clave está en conocer con quién se comunicaba aquellos días. En su entorno más cercano puede estar la persona con la que probablemente quedó aquel día. El profesor apunta a que tiene que ser alguien con quien tuviera mucha confianza.
“Pienso que la persona con quien quedó es un hombre y que se la llevó en contra de su voluntad”, apunta Urra. Le parece raro que dejara el bolso en su coche a la vista de todos, “es algo que no encaja”. Esto refuerza la teoría de que salió un momento del coche y pasó algo inesperado.
Un consejo a los investigadores
La teoría de Javier Urra es que “quedó con alguien conocido para hablar unos minutos pero la situación se complicó”. Habla de Sandra como “una chica muy segura de sí misma, algo que pudo acabar en un exceso de confianza. A veces puede ocurrir que no sepamos realmente con quién estamos”.
En cuanto a la investigación, ha aconsejado “adentrarse en sus redes sociales para ver qué decía y con quién hablaba”. También ha aplaudido el trabajo de la policía en esta compleja investigación. “Están haciendo lo que deben, estar callados y hacer cosas de interés”, ha apuntado el psicólogo.
Ha mostrado su deseo de “tener una respuesta”, y su convencimiento de “la obligación de seguir buscándola hasta que no aparezca el cuerpo”. Conociéndola, Javier Urra tiene claro que no se ha suicidado. “Y si hubiera caído el cuerpo ya habría aparecido, y eso no ha sucedido”, ha añadido.
Salida improvisada
La última ubicación del móvil de Sandra marca el 8 de noviembre a las 17:15 horas, en el Cabo de Peñas. Aquella tarde tenía dos citas con pacientes pero las cancelaron a última hora e improvisó una salida exprés al Cabo de Peñas. Allí solía ir a menudo para pasear y desconectar.
Se trata de una zona peligrosa y sin señalización, con acantilados de más de 100 metros de altura. Pero aquella tarde ya había caído la noche y expertos senderistas descartan que alguien fuera allí a pesar tan tarde. Según la familia de la joven, llevaba ropa para hacer deporte cuando desapareció.
Sandra había marcado algunos planes en la agenda y la nevera de su casa estaba llena. No son las cosas que haría una persona que tiene la intención de suicidarse, y sus amigas han descartado que tuviera problemas. Poco se sabe, en cambio, de su vida amorosa y sus posibles relaciones sentimentales.