España cuenta con el rincón más oscuro y perfecto del mundo para observar el cielo nocturno y el espacio. Así lo determina un estudio internacional que se publicará próximamente en la revista ‘The Astronomical Journal’ y que, tras analizar 44 puntos de todo el planeta para medir el brillo del cielo nocturno natural, ha determinado que el Observatorio del Roque de los Muchachos, ubicado en Garafía, isla de La Palma (Islas Canarias), es el lugar más oscuro de la Tierra y, por tanto, uno de los mejores sitios para observar el espacio.
Cabe tener en cuenta que los 44 puntos medidos alrededor de todo el mundo se encuentran muy bien repartidos, habiendo medidores en países como Namibia, Australia, Argentina, México o Estados Unidos. Seguramente habrá lugares remotos que cuenten con un cielo aún más oscuro, pero los puntos que se han medido son los que cuentan con medidores fiables y con presencia de civilización humana. De todos ellos, el observatorio de La Palma se lleva la medalla de oro. El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) se ha hecho eco del estudio.
Las mejores zonas de España para observar el cielo nocturno
Además del Observatorio del Roque de los Muchachos en La Palma, el artículo también destaca otros puntos medidos alrededor de la península y que resaltan como zonas con una gran oscuridad nocturna ideal para observar el cielo. En concreto, se trata de la Comunidad de Extremadura, la región del Montsec (Lleida), Javalambre (Teruel), Sierra Nevada o el Pirineo de Navarra.
Por lo tanto, en España tenemos varios rincones idóneos para llevar a cabo una observación perfecta del cielo nocturno. No obstante, tenemos que desplazarnos en la mayoría de los casos, ya que todo tiene un precio y estos lugares se encuentran lejos de las zonas densamente pobladas.
¿Cielo oscuro o brillante?
Pese a que normalmente asociamos la iluminación nocturna a contaminación humana, lo cierto es que la noche también cuenta con luz propia natural, normalmente producida por fenómenos del exterior de nuestro planeta. Por ejemplo, la Luna, la Luz Zodiacal o la Vía Láctea pueden producir suficiente luz durante la noche en zonas sin contaminación lumínica que, incluso, pueden iluminar parcialmente la noche.
Por lo tanto, la actividad humana es importante a la hora de escoger un lugar para observar las estrellas o los fenómenos astronómicos destacados, pero también se tiene que tener en cuenta la actividad luminosa que nos llega del exterior, ya que puede alterar mucho la oscuridad celeste.
Sin lugar a dudas, la Luna es el elemento que más condiciona la luz nocturna natural en nuestro planeta, debido a que, cuando el satélite se encuentra en su fase llena o, incluso, antes o después de este momento, la luz que emite es tan potente que impide disfrutar de un cielo oscuro y estrellado.
De este modo, si nos acercamos a la isla de La Palma para disfrutar del cielo nocturno más oscuro del mundo, el mejor momento para mirar hacia arriba será durante la fase de Luna nueva, es decir, sin luz lunar molestándonos.
Nuestro planeta, cada vez con más luz artificial
Según los datos de estudios recientes, el 80% de la población mundial vive en lugares donde hay contaminación lumínica artificial, destacando especialmente las grandes áreas metropolitanas de todo el planeta, donde la emisión de luz nocturna de las ciudades es enorme. Incluso un tercio de este 80% no puede ver la Vía Láctea.
Así pues, quedan muy pocos lugares en la Tierra donde se pueda medir y apreciar la oscuridad natural. Solo en zonas remotas de montaña, desiertos y en puntos donde la civilización prácticamente no ha llegado se puede disfrutar de un cielo totalmente libre de la contaminación lumínica.