Pese que muchos antiguos fumadores se habían pasado a los cigarrillos electrónicos, por no ser tan perjudiciales para la salud, los datos demuestran que podría acabar siendo un error.
Y es que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) explicaba hace unos días que estudia la relación entre este tipo de producto con nicotina con varios casos de personas con convulsiones.
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Esta entidad pública norteamericana confirmaba que desde el año 2010 han detectado al menos 35 casos de usuarios de cigarillos electrónicos que han sufrido convulsiones, la mayoría jóvenes. La FDA advertía su temor a que se hubiera producido más casos que no hayan sido reportados ante ellos.
El consumo de este vapor podría llegar a tener graves consecuencias. La FDA cree que, debido a la intoxicación, los consumidores pueden sufrir convulsiones, vómitos e incluso lesiones cerebrales. Recuerdan también que la exposición de niños y bebés a el vapor de nicotina puede llegar a ser mortal para los menores.
En una campaña anterior, las autoridades sanitarias de EEUU también alertaban que los cigarrillos electrónicos no son una alternativa más saludable para el tabaco tradicional. El objetivo era acabar con la moda entre los jóvenes, incluidos adolescentes menores de edad, de 'vapear'.
Recordaban que «algunos cigarrillos electrónicos pueden contener niveles altos de nicotina, incluso tanta nicotina como un paquete de cigarrillos normales», pudiendo también ser igual o más adictivos.
Este mismo organismo lanzaba una última advertencia sobre la peligrosidad de las baterías de este tipo de dispositivos. Y es que se habrían detectado algunos casos de consumidores que habrían sufrido quemaduras debido al sobrecalentamiento de las mismas.