La descripción de los hechos ocurridos el pasado 8 de febrero en Totana (Murcia) pone los pelos de punta y ofrece el retrato de un auténtico psicópata. Johan, de 19 años, mató a su exnovia Claudia, de 17, con frialdad y ensañamiento. Luego intentó engañar alegando que escuchaba voces dentro de su cabeza.
Los forenses del Instituto de Medicina Legal acaban de emitir un informe en el que aseguran que el autor confeso del crimen sabía lo que hacía. Esto significa que es imputable en la causa que lleva el juzgado de primera instancia número 3 de Totana. Por lo tanto, puede ser juzgado a todos los efectos.
Según el informe forense, el joven no actuó influenciado por una alteración mental ni estaba anulado por las drogas. La investigación del juzgado de primera instancia sigue adelante a la espera de que se fije la fecha del juicio. Ahora Johan ya sabe que se enfrenta a la cárcel por lo que hizo.
Dice que era consumidor habitual
Según refirió él mismo, era consumidor de cocaína, LSD, MDA, hachís y trankimazin. Tras el confinamiento empezó a consumir cocaína fumada y esnifada, y a fumar porros. Fumaba marihuana diariamente y cuando tenía dinero tomaba también cocaína, y sino podía, trankimazin con cerveza.
Johan explicó a los forenses que tomaba drogas sintéticas cuando salía de fiesta o cuando iba peor de dinero. A diario consumía alcohol y a menudo lo mezclaba con cocaína. Sin embargo, el informe de los forenses puntualiza que no hay constancia de un tratamiento para estas adicciones.
Según el joven, el día de autos consumió una raya de cocaína y algún porro antes de quedar con la víctima. Pero durante el primer reconocimiento se negó a facilitar una muestra de orina y de cabello para un estudio toxicológico. Por lo tanto, no se puede acreditar que estuviera bajo los efectos de esas drogas.
Alega voces en su cabeza
Johan explicó a los forenses su historial familiar y el impacto que tuvo sobre él la separación de sus padres. Tenía intención de estudiar un grado superior de higiene bucodental, y más tarde Odontología. Pero también era un chico muy retraído que tenía dificultades para relacionarse con los demás.
Claudia se había convertido en su válvula de escape y en su mundo, un refugio en el cual se sentía seguro. Por eso cuando ella rompió con él y encontró la ilusión con otro chico decidió perpetrar su venganza. Hallaron hasta 78 puñaladas en el cuerpo de la menor, que intentó defenderse hasta el final.
El joven alegó ante el juez y los forenses que una voz en su cabeza le decía que lo tenía que hacer. Pero los expertos no ven impulsividad o alteración mental que explique su conducta homicida. Ni ven intoxicación o síndrome de abstinencia que pudiera influenciar sus actos.
La conclusión de los forenses
Los forenses lo tienen claro, y señalan en el informe que Johan es plenamente imputable y tendrá que responder por sus actos. Los familiares se han personado en la causa, con el abogado Raúl Pardo-Geijo Ruiz. Pidieron pruebas de ADN para demostrar que hubo una posible agresión sexual.
Johan citó a Claudia en el trastero donde solían quedar con el engaño de devolverle unas cosas. Fue allí cuando de manera sorpresiva le asestó una gran cantidad de puñaladas que provocó la rápida muerte de la víctima. Después grabó hasta nueve vídeos donde confesaba ser el autor del crimen.
“Esto no es algo machista, simplemente lo he hecho porque no sé, siempre he tenido ganas de matar a alguien”, decía. Según explicó, ya lo tenía en mente desde hace mucho tiempo. También mostraba su intención de suicidarse pero finalmente no lo llevó a cabo, y ahora se enfrente a una pena de cárcel.