La madre de Ignacio Palmero no sabe nada de él desde el 14 de julio de 2021, cuando le mandó su último mensaje. Estaba a punto de cumplir 30 años, pero al llegar la fecha señalada ya no respondía a las felicitaciones. Más de un año después, no tienen ninguna pista que lleve hacia él.
Nacho desapareció misteriosamente sin dejar rastro, y desde entonces su madre no hace más que elucubrar. Estará vivo o muerto, dónde estará, qué le pasó. Las mismas preguntas asaltan su mente a todas horas, y aunque no descarta ninguna hipótesis, la única certeza que tiene es que ha desaparecido.
La historia de su desaparición empieza con el vuelco que dio su vida hace unos años, tras la muerte de su padre. Aquel joven inteligente, brillante y feliz se fue a vivir solo y cayó en el mundo de las drogas. Ese fue el inicio de la cuesta abajo hacia el infierno que culminó con su extraña desaparición.
La deriva de un chico feliz
Con 21 años y tras perder a su padre, Nacho se mudó de La Palma a Tenerife en busca de más libertad. Allí se instaló en un chalet que pronto se llenó de gente con ganas de juerga. El joven, hasta entonces brillante, dejó los estudios y poco a poco desarrolló una adicción a las drogas.
Su madre siguió de cerca su evolución e incluso lo llevó a psicólogos y psiquiatras, que sin embargo no sirvieron para nada. Nacho empezó a frecuentar los centros de desintoxicación mientras su carácter cambiaba irremediablemente. De repente encontró empleo y su vida pareció recomponerse.
Un día tuvo un desencuentro con su encargado y perdió el trabajo que se había convertido en su salvavidas. Nacho se negó a cumplir una orden considerando que era un atentado ecológico, y por eso perdió el empleo. Simplemente no entendía por qué todo le salía mal si él solo quería hacer el bien.
El último mensaje a su madre
Eso aceleró la deriva de Nacho, cada vez más asediado por el pesimismo y los malos pensamientos. Los días previos a su desaparición experimentó un bajón que preocupó y mucho a su madre. Recuerda que estaba decaído, desesperanzado, y él dijo que quería irse de allí, desaparecer.
El 14 de julio de 2021, Nacho escribió un mensaje a su madre a través de la aplicación de Facebook Messenger. “Mamá, se me ha roto la tarjeta del móvil, no tengo teléfono móvil, no podemos hablar”, decía el mensaje. Ella le compró una tarjeta y se la envió, pero el joven ya no la recibió.
Una semana después llegó la fecha de su cumpleaños, pero su madre no conseguía contactar con él para felicitarle. Al día siguiente se fue a la comisaría de la Guardia Civil para denunciar la desaparición de su hijo. Activaron la alerta, y más de un año después sigue sin aparecer.
¿Dónde está Nacho?
Al día siguiente de denunciar la desaparición, la madre de Nacho se fue a su casa pero no estaba allí. Había salido con el DNI, con el carnet de conducir y la cartera, y solo dejó el teléfono móvil, su coche y la moto. Un testigo aseguraba haberlo visto el día anterior caminando cerca de su casa.
Durante todo este tiempo se han cruzado todas las posibilidades por la cabeza de su mamá. Podría estar desorientado en alguna parte, podría estar en un centro de desintoxicación o incluso haber empezado una nueva vida. También es inevitable pensar que quizás puede haberse quitado la vida.
La investigación policial concluyó que Nacho nunca salió de la isla, pero había aún otro detalle curioso. Al rastrear sus cuentas bancarias descubrieron que había sacado cuatro billetes (uno a Barcelona, dos a Madrid y uno en barco). Y todo indica que no utilizó ninguno de ellos.
La organización SOS Desaparecidos ha ayudado a la madre del joven realizando batidas por las playas cercanas. Pero todo ha sido en vano y la investigación policial está en punto muerto. La policía trabaja con la certeza de que el chico se suicidó, y ese es el motivo por el que no siguen buscando.
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