La muerte de Santiago López Carcelén, corneado el pasado lunes en la plaza de toros de Murcia, sigue coleando. Santiago, carnicero de 48 años, fue embestido brutalmente por el toro cuando iba a ser sacrificado. Ocurrió en los corrales de la plaza, cuando el espectáculo ya había finalizado.
La Policía Nacional abrió una investigación para esclarecer este suceso que no está nada claro. Aunque Santi tenía experiencia como matarife, aquel día no trabajaba y no tendría que haber estado en los corrales. A partir de ahí hay varias versiones sobre de quién es la responsabilidad.
El carnicero fallecido estaba casado con Mónica y era padre de tres niños, dos de ellos con discapacidad. Su viuda ha roto el silencio para denunciar lo que considera “una negligencia total”. Todo, en medio de un profundo dolor por la muerte de este padre de familia que será enterrado hoy.
Cómo ocurrieron los hechos
Santiago López Carcelén, carnicero de profesión y aficionado a los toros, acudió el lunes con su hijo pequeño a la plaza de toros. Tras asistir a la corrida de la feria de Murcia en La Condomina, bajó a los corrales. Allí iban a dar muerte a ‘Limpiador’, un toro de 472 kilos que no había podido actuar porque cojeaba.
Lo que pasó entonces sigue siendo motivo de controversia. Sandalio Tornero, encargado de la matanza, asegura que Santiago les pidió la puntilla pero no se la dieron. Sus matarifes aturdieron al animal antes de matarlo, y de pronto apareció Santiago por una puerta lateral con una puntilla.
Cuando iba a clavarle la puntilla al toro, el animal se levantó y la emprendió a cornadas contra la víctima. El callejón se convirtió en una trampa mortal sin salida para Santiago, que quedó a merced de la res. Murió en el hospital esa misma noche, debido a las graves lesiones que presentaba.
La policía no lo tiene claro
A partir de ahí se abren muchas preguntas que la Policía Nacional está intentando aclarar. El Grupo de Homicidios trata de saber quién autorizó a Santiago a entrar en los corrales y quién le dio la puntilla. De momento han llamado a declarar a Sandalio Tornero como encargado de los matarifes.
También a Ángel Bernal, dueño de la plaza de toros de La Condomina y organizador de la corrida. Los dos corraleros que estaban allí también tendrán que declarar ante la policía. “Se trata de determinar si la víctima trabajaba para la carnicería o si recibió la autorización de alguien para entrar en los corrales”.
A partir de ahí, la policía establecerá si pudo haber un presunto delito de negligencia de la empresa o fue una imprudencia de la víctima. En declaraciones a El Español, la viuda de Santiago ha pedido que se investigue el caso. Está segura de que lo que le pasó a su marido no fue un simple accidente.
Habla la viuda de Santiago
“Lo único que sé es que mi marido se ha muerto, tengo tres hijos y dos de ellos tienen una discapacidad”, ha explicado Mónica. Está acostumbrado a pelear contra la adversidad, ya que dos de sus niños sufren autismo. Ahora la vida le ha dado otro revés con la trágica muerte de su marido.
Mónica explica que su marido había trabajado para las mejores cárnicas y charcuterías, y que era “un profesional excepcional”. “Es matarife de la Plaza de Toros de Murcia muchos años”, ha aclarado. Muchos le conocían como Santiago ‘El Matachín’ por su destreza con los cuchillos y la carne.
Mónica aclara que Santi “no es empleado de la plaza de toros pero sí carnicero” y que “lleva años deshuesando en La Condomina”. Confirma que “ese día no fue a trabajar” sino “ a ver los toros con el niño pequeño, de 9 años”. Dice que solía ayudar a la empresa de Sandalio en la matanza.
Incógnitas en el aire
“¿Dónde está el protocolo, quién le dio las cosas para degollar al toro, quién llamó a mi marido?”, es lo que se pregunta Mónica. Desde el fatídico lunes no deja de dar vueltas al accidente que acabó con la vida de su marido. “Si hay un responsable, no tendrían que haberle dejado pasar”, denuncia.
Inicialmente la policía trató el caso como un accidente laboral. Pero al tener conocimiento de que la víctima no trabajaba para la empresa, se abrió una investigación. “Si el toro no estaba bien muerto ahí ha habido también una negligencia”, añade la viuda sobre las circunstancias de lo ocurrido.
“No voy a dejar pasar la muerte de mi marido, y más en mi situación” asegura, y advierte que “le podría haber pasado a cualquiera”. Mónica se ha quedado sola con sus tres hijos menores de edad, y sin el motor económico de la familia. Su único consuelo ahora es depurar responsabilidades.