Un equipo de astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO), en La Sila, Chile, y otros institutos ha descubierto el agujero negro más cercano a la Tierra. Situado a solo 1.000 años luz de nosotros en la constelación 'Telescopium', tiene una masa al menos cuatro veces mayor que la del Sol y unos 25 o 30 kilómetros de diámetro. Está acompañado de dos estrellas que, aunque parezca asombroso, se pueden ver a simple vista desde el hemisferio sur.
Sistema de doble estrella
Los astrónomos han visto solo un par de docenas de agujeros negros en nuestra galaxia hasta la fecha. Casi todos interactúan fuertemente con su entorno. Pero los científicos estiman que, desde la formación de la Vía Láctea, muchas más estrellas han colapsado en agujeros negros cuando terminaron sus vidas. El descubrimiento de uno silencioso e invisible en HR 6819, dentro de la constelación 'Telescopium' proporciona pistas sobre dónde podrían estar los muchos ocultos en nuestra galaxia.
Los astrónomos creen que su descubrimiento podría estar sobre un segundo sistema, llamado LB-1, dentro de la misma constelación. «LB-1 está un poco más lejos de la Tierra, pero aún está bastante cerca en términos astronómicos, lo que significa que probablemente existan muchos más de estos sistemas», apunta Marianne Heida, investigadora en ESO y también coautora del artículo.
Los descubrimientos de estos sistemas también podrían proporcionar pistas sobre las violentas fusiones cósmicas que pueden ser detectadas en la Tierra. Algunos astrónomos creen que las fusiones pueden ocurrir en sistemas con una configuración similar a HR 6819 o LB-1, formados por dos agujeros negros o por un agujero negro y una estrella de neutrones.
Sin llegar tan lejos, para aquellos que tengan la suerte de estar en el hemisferio sur, buscar el sistema en el cielo puede ser un emocionante entretenimiento nocturno. Aunque no se vea, sabrán que ahí, cerca de esas dos estrellas luminosas, hay un agujero negro.
Agujero negro poco peligroso
Baade, uno de los investigadores, cree que este hallazgo es «la punta de un iceberg emocionante». ¿Incluso podría haber agujeros negros aún más cercanos? «Nada lo impide, pero por razones puramente estadísticas, actualmente no esperamos uno más cercano que, digamos, 100 años luz». Como explica el investigador, «la estrella luminosa más cercana a nosotros es Proxima Centauri, a aproximadamente 4,2 años luz. Y esta estrella de 0,1 masas solares no es realmente menos peligrosa de lo que sería un agujero negro de cinco masas solares en su lugar».
Y, desde luego, no hay ningún agujero negro acechando cerca del Sol. «El sistema solar no podría existir en su forma real si el Sol fuera una estrella binaria: las órbitas de los planetas serían inestables, y muy probablemente la mayoría no se habrían formado de manera similar a lo que realmente tenemos hoy. Esto haría cuestionable la existencia de la vida tal como la conocemos», apunta Baade. «No hay ninguna diferencia práctica si una nave espacial con un capitán descuidado es quemada por una estrella o interrumpida por un agujero negro», explica.
¿Son peligrosos los agujeros negros?
Dicho esto, un agujero negro «no es realmente más peligroso que una estrella normal. El peligro no es tanto ser tragado, para esto necesitarías estar muy, muy cerca. Una estrella normal que pasa cerca o a través del sistema solar, perturbaría bastante las órbitas planetarias, lo que podría hacer que la Tierra dejara de ser habitable. Sin embargo, hay muchas más estrellas en la Vía Láctea que agujeros negros, y no ha sucedido en los últimos 4.700 millones de años, por lo que no es muy probable».