Esta tarde se han detenido a cuatro personas más aparte del marido de la joven embarazada, tres hombres y una mujer. Dos de ellos han sido acusados como participantes directos del altercado, incluyendo tanto el disparo mortal como la pelea previa. Uno de los hombres es el primo del marido de la fallecida y los otros dos están acusados por encubrimiento de este.
La ayuda de estos dos a ocultar la tragedia fue limpiar la sangre y la eliminación de las pruebas del homicidio antes de que llegara la Guardia Civil.
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Fue un accidente
La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil tiene las suficientes evidencias de que el disparo mortal del marido hacia su mujer fue totalmente accidental. Así pues, la detención de este tuvo lugar en su domicilio, en el barrio de Carbonaire en la Vall d’Uixó, en Castellón. Se produjo después de celebrarse dos entierros (uno en Benifairó y el otro en Faura) para la fallecida de origen lituano.
El bebé sobrevivió
La joven fallecida tenía 27 años y estaba embarazada. El padre del bebé que esperaba era el mismo marido, que está detenido por el homicidio. A la víctima se le hizo una cesárea de urgencia estando de 36 semanas de embarazo y el bebé pudo sobrevivir.
La subdelegada del Gobierno de Castellón, Soledad Ten, declaró en una comparecencia el pasado miércoles: “El homicidio se cometió en el marco de una reyerta entre miembros de un mismo núcleo familiar amplio”.
Ten verbalizó que aunque las investigaciones siguen en marcha y aún no se han cerrado, todo apunta a que la pelea era por temas de drogas entre los familiares políticos de la mujer.
De esta manera explicó que aparte de la investigación, también hay cierta protección “para que no haya ningún otro tipo de reyerta o incidente”. También afirmó que el bebé se encuentra en una evolución positiva en el Hospital Clínico.
La alcaldesa de la localidad valenciana, Tania Baños, publicó un vídeo mostrando palabras de apoyo al barrio afectado para calmar los mensajes negativos.
Los vecinos no se lo pueden creer
En el barrio Carbonaire se vive una gran tensión y el entorno guarda silencio sobre las especulaciones del suceso.
Los vecinos solo tienen buenas palabras hacia la fallecida que, aunque era lituana, vivía en España desde su infancia. Todos coinciden en que era una buena chica y resaltan su educación. También reivindican la imagen del barrio, mostrando rechazo a las malas habladurías sobre este. Afirman ser un barrio tranquilo y normal, con familias trabajadoras.