El caso de Silvia Idalia termina con el peor de los finales. La joven, de 36 años, se había sometido a una triple operación estética el pasado mes de abril en una clínica privada de Madrid.
Tras esa intervención, SIlvia sufrió una infección por la que fue ingresada en estado grave en el Hospital Universitario La Paz.
Silvia Idalia estuvo en coma inducido desde el pasado mes de mayo, del que se despertó hace unas pocas semanas. Su pareja, Daniel Poyato, declaró en un programa de Cuatro que “había perdido la cuenta” de las veces que la habían tenido que operar para intentar salvarla. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos de los médicos, la joven ha acabado falleciendo durante la madrugada de este mismo domingo.
Una tiple cirugía estética ha acabado con la vida de Silvia Idalia
Silvia Idalia se sometió a una triple cirugía estética el pasado 29 de abril en Hospital VOT de Madrid, un centro privado con el que trabaja la clínica CEME. La joven se operó los pechos y se hizo una liposucción con transferencia a glúteos. Una intervención que acabó derivando en una infección que le provocó un ‘shock’ séptico, según señalaba hace unos meses El Confidencial.
“Deseamos que se recupere, pero la infección no se produjo en el quirófano, puede ser por cualquier otro factor posterior”, señalaron desde el centro, evitando tener cualquier responsabilidad con lo sucedido.
Al día siguiente de la operación, la joven recibió el alta médica “a pesar de que se queja de fuertes dolores, y de haber pasado una muy mala noche”, según cuentan sus familiares en dicho medio. Además, también señalan que el gotero por el que le tendrían que haber suministrado los antibióticos y los analgésicos estaba obstruido.
Sin embargo, desde el centro sanitario donde fue intervenida Silvia niegan que se produjera algún tipo de negligencia. “El procedimiento fue correcto, la recuperación fue normal y en ningún momento se detectó un cuadro infeccioso”, señalaron desde la clínica.
La clínica donde fue operada Silvia Idalia niegan que se haya producido alguna negligencia
Silvia empezó a encontrarse mal los días posteriores a la intervención. La joven tenía fuertes dolores, fiebre, mareos, vómitos e incluso desmayos, recoge El Confidencial. La joven se puso en contacto con la clínica privada donde fue operada, pero le comunicaron que eso formaba parte del proceso de recuperación.
El doctor Arévalo, su cirujano, apuntó que “todo entraba dentro de la normalidad”. Desde que recibió el alta, hasta que fue ingresada en estado crítico en La Paz, Silvia visitó hasta en dos ocasiones el Hospital Pío XII, uno de los centros donde la clínica CEME gestiona la atención posoperatoria. Sin embargo, allí le comentaron que no había nada de lo que preocuparse.
Fue en la tercera visita al Hospital Pío XII, cuando Silvia fue derivada a La Paz por los servicios de emergencias. “Llega prácticamente muerta, con un ‘shock’ séptico muy extendido, y desde ese día se debate entre la vida y la muerte en la UCI”, recoge el citado medio.
“Por parte de la clínica seguimos todos los protocolos postoperatorios y tan rápido como detectamos la gravedad de la situación, solicitamos su traslado al Hospital de La Paz, con el que estamos en permanente contacto”, apuntó el centro en un comunicado.
“La infección es tan grande que ha afectado a órganos vitales, piel, músculos, etc. En las zonas de la operación es todo purulento y necrótico”, señaló la familia de Silvia en un comunicado. “Esto probablemente se podía haber evitado si la infección se hubiese detectado a tiempo, por eso queremos que se investigue para saber qué ha pasado realmente”, añadió su cuñada.