Ramón Baldomero Menéndez, de 50 años y albañil de profesión, había encontrado por fin un trabajo con el que sacar a su familia adelante.
Este martes perdió la vida en un accidente laboral en Noreña (Asturias). La familia está destrozada, e indignada por el trato recibido por parte de la empresa.
Ramón, casado y con tres hijos entre 9 y 17 años, estuvo mucho tiempo sin trabajo hasta que entró en el Plan de Empleo municipal de Noreña. Estaba realizando unos trabajos de mantenimiento en la cubierta de una sala polivalente. De pronto resbaló, precipitándose al interior por un agujero.
La familia de este trabajador fallecido en accidente laboral critica el trato humano recibido estos días. Nadie les ha llamado, y han afirmado que no permitirán que nadie le eche la culpa por lo ocurrido. Ramón no llevaba el arnés cuando cayó, y la autoridad competente está investigando el suceso.
Dolor e indignación en el entorno de Ramón
Ramón Baldomero Menéndez, más conocido como ‘Mero’, era natural de Rioturbio y vecino de Mieres. Era albañil de profesión, y tras una larga temporada desempleado había hallado por fin el medio para sacar a sus tres hijos adelante. “Era un gran padre, quería con locura a sus hijos”, cuentan en su entorno.
El martes resbaló mientras se encontraba en el tejado de un edificio municipal, realizando trabajos de mantenimiento. Fue incinerado en el tanatorio de Mieres un día después, en una ceremonia marcada por el dolor. Su viuda y sus hijos están completamente rotos, tratando aún de asumir lo ocurrido.
El operario “estaba fuerte como un roble, no tenía enfermedad alguna y ha fallecido por razones que desconocemos”. Así habla el entorno de la víctima, empeñados en que se esclarezca lo ocurrido y que nadie manche su nombre. Ya han anunciado que emprenderán las acciones legales correspondientes.
Palabras de la familia
“Nadie nos ha llamado del ayuntamiento para darnos al menos una explicación”, lamentaba Elcilene Monteiro después de incinerar a su marido. Aún no sabe exactamente qué es lo que ocurrió, pero está dispuesta a tomar medidas legales. No quiere que nadie le eche a Ramón la culpa de lo ocurrido.
Entre los asistentes al tanatorio estaban los compañeros de trabajo de Ramón. También el trabajador que estaba con él en el momento del accidente, y que recuerda con tristeza las últimas palabras del fallecido. Le dijo que llevaba toda la vida andando por los tejados y que no tenía miedo a la muerte.
Según este compañero, estaba barriendo el tejado cuando al parecer dio un paso al frente y la chapa de la cubierta cedió. El operario cayó al interior del edificio golpeándose la cabeza contra el suelo y muriendo en el acto. Todo indica que no llevaba el arnés de seguridad que hubiera evitado la caída.
Pero la familia se niega a que nadie culpabilice a Ramón de su propia muerte. “Cuando tienes tres hijos que alimentar haces todo lo que te manden, por mucho que Mero fuera un hombre con mucha personalidad”, afirma la viuda. Inspección de Trabajo se presentó en el lugar para iniciar una investigación.
Los sindicatos critican al ayuntamiento
Los que le conocieron aseguran que Ramón “era un tipo muy majo, siempre sonriente y amable con todos”. Su trágico fallecimiento ha llenado de consternación su entorno, tanto sus familiares como sus amigos, compañeros y vecinos. Un dolor que se mezcla con la indignación por lo ocurrido.
La alcaldesa de Noreña, Ana González, ha calificado lo ocurrido como “catástrofe humana” y ha anunciado que decretarán tres días de luto oficial. La edil ha interrumpido sus vacaciones para viajar hasta el municipio y ponerse a disposición de la familia. Mientras, la investigación sigue adelante.
Los sindicatos reaccionaron también ante la trágica muerte de este trabajador, convocando una concentración en Oviedo. Critican a la administración local por obligar a subir al operario sin arnés a un tejado. Ponen el acento en el concejal de Obras, Pelayo Suárez, “por dar órdenes desde la ignorancia”.