Las autoridades procedieron a la exhumación de una tumba en Santa Cruz de Tenerife, en el marco de una investigación policial. La justicia autorizó el procedimiento, después de que la policía encontrara huesos humanos en una casa. Acusan al inquilino de robar los restos humanos para hacer santería.
La exhumación se efectuó el pasado 18 de noviembre para comprobar si las sospechas de los investigadores eran ciertas. Una acusación de malos tratos por parte de la esposa fue el detonante que acabó destapando el supuesto delito de profanación. El santero se encuentra ahora en libertad provisional.
El auto del juez considera que la exhumación fue adecuada, necesaria y proporcionada para esclarecer los hechos. Además, el magistrado se acoge a la doctrina del Tribunal Supremo sobre la colisión de estos derechos. Este estima que “la libertad de opinión y libertad religiosa no puede esgrimirse para cometer actos delictivos”.
Un esqueleto en el cuarto de la lavadora
Este macabro suceso empezó con una denuncia de una mujer a su marido por malos tratos. La denunciante reveló a la policía que su marido tenía un santuario con huesos humanos en el cuarto de la lavadora. Los agentes encontraron un cráneo, dos fémures, dos tibias, dos húmeros, un cúbito y un metatarso.
La denuncia cursada el 19 de octubre en Arona, Santa Cruz de Tenerife, concluyó con el hallazgo de medio esqueleto en casa del sospechoso. La denunciante aseguraba que los huesos procedían del cementerio de San Sebastián de La Gomera. Por eso la policía judicial solicitó la exhumación de la tumba en cuestión.
El Juzgado de Instrucción de San Sebastián de La Gomera autorizó el procedimiento, al considerarlo “necesario y proporcionado”. Ahora están contrastando los huesos de la tumba con los hallados en casa del santero. Este se encuentra en libertad provisional tras haber prestado declaración ante el juez.
Seguidor de un culto religioso
El detenido es un santero seguidor del culto de la Palería, una religión cubana que combina ritos ancestrales con brujería y santería. La policía le detuvo el 20 de octubre, tras haber hallado en su domicilio partes de un esqueleto humano. Le acusan de un posible delito de profanación y contra el respeto a los difuntos.
El juez que lleva el caso ha estimado que “la libertad religiosa no puede esgrimirse para cometer hechos delictivos”. En este caso, el derecho del difunto al respeto de su descanso es superior al del ejercicio religioso del santero. Las pruebas forenses determinarán si en efecto sustrajo los huesos de esa tumba.
Para comprobarlo, el viernes de la semana pasada procedieron a abrir el nicho y extraer el ataúd supuestamente profanado. Una comisión judicial cerró el cementerio durante el tiempo que se demoraron las labores de extracción. Todo apunta a que efectivamente se trata del mismo esqueleto.
Exhumación de los restos
La mujer del santero afirmó haber visto a su marido como manipulaba una sepultura en concreto y metía algo en la mochila. La hija de la persona enterrada allí confirmó que este verano había notado algo extraño. La sepultura estaba dañada y medio abierta, con la lápida caída.
Según la autoridad judicial, los restos hallados en casa del santero formaban parte de un ritual religioso. Se llama prenda cristiana del sincretismo religioso de la regla Kimbisa del Santo Cristo del Buen Viaje. Esta es una variante heterodoxa del cristianismo primitivo, propia de la Palería cubana.
La policía judicial se personó en el cementerio acompañado de la denunciante, y esta señaló la tumba en cuestión. Los profesionales extrajeron los restos de la tumba y procedieron a su traslado para que los forenses hagan su trabajo. Una vez concluida la exhumación, se reabrieron las instalaciones.