Los padres de una pequeña de 12 años se encuentran totalmente devastados tras el fallecimiento de su hija. Durante la madrugada del pasado lunes, Emma Martínez Gascón falleció a causa de una peritonitis purulenta.
La familia reside en Jérica, una localidad situada en el centro de la provincia de Castellón. Allí viven también los otros dos hijos de 17 y 22 años.
Llevaron a la pequeña hasta en tres ocasiones al médico y siempre la mandaron a casa
La niña llevaba padeciendo fuertes dolores abdominales, diarrea y también vómitos y fiebre durante una semana. Los padres de la pequeña, Ramón Martínez y Beatriz Gascón, llegaron a llevar a su hija al hospital hasta en tres ocasiones.
En dos ocasiones la llevaron al centro de Urgencias de Viver, el cual se encuentra situado a tres kilómetros de su pueblo. En otra ocasión la llevaron al hospital de referencia de la zona, en Sagunto.
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En todas y cada una de las veces en las que la niña acudió a un centro médico no le detectaron nada. Los profesionales explicaron que los síntomas que sentía la niña podían deberse a un virus del estómago o a la primera regla de la niña. Tras las explicaciones, siempre terminaban mandándola para casa.
Nunca llegaron a realizarle pruebas tales como análisis de sangre o alguna ecografía. De haber sido así, muy probablemente hubieran podido detectar la patología que estaba sufriendo.
Según explica la madre, llegaron a insistir a los médicos que podía tratarse de una apendicitis (la cual puede evolucionar a peritonitis) a causa de antecedentes familiares. Sin embargo, tampoco le dieron importancia.
Los acontecimientos
Los dolores de la niña comenzaron el día 29 de enero. Tras pasar dos veces por el primer centro médico y no detectarle nada, llevaron a la niña al hospital de Sagunto. Esto fue el día 4 de febrero, por la mañana.
En esa ocasión la pequeña estaba muy mal y ni siquiera podía ponerse erguida. Permanecieron en el hospital hasta las 17:00 de la tarde.
Allí realizaron a la niña un análisis de orina, donde vieron también que la menor tenía la lengua blanca. Sin embargo, los resultados de la prueba se encontraban dentro de lo normal y volvieron a mandar a la niña a casa.
Al día siguiente, domingo 5 de febrero, Emma estaba mucho peor. “No tenía ni fuerzas para salir de casa. La chiquilla perdió el conocimiento, desfalleció”, indicaba el padre.
Los progenitores llevaron con urgencia a la niña al centro de Urgencias de Viver, al ser el más cercano. Allí Emma entró en parada cardiorrespiratoria, pero momentos después consiguieron estabilizarla.
Tras una llamada al SAMU, este se presentó en 12 minutos al lugar y trasladó a la niña al Hospital Clínico de Valencia. Sin embargo, una vez en el hospital, con todo a punto para operarla, la pequeña volvió a entrar en parada. El personal sanitario estuvo tratando de reanimarla durante dos horas.
“Falleció a las dos de la mañana”, expresaba Ramón. La causa de la muerte fue una peritonitis purulenta, con una infección en la sangre que pudo derivar en un fallo multiorgánico.
Los padres, tras la tragedia vivida, se preguntan “cómo puede ser que después de tres veces de ir al médico con la niña hecha polvo no son capaces de pasarle el aparato de ecografía o de hacerle un análisis de sangre”.
Un análisis y una ecografía hubieran sido suficientes
Dos fuentes médicas, a pesar de que se mantuvieron al margen debido a que no conocen el caso, dieron su opinión acerca de él. Indicaron que, bajo su experiencia, un análisis de sangre y una ecografía pueden detectar cualquier alteración provocada por una apendicitis o una peritonitis.
Por su parte, los padres de la fallecida tienen pensado interponer una denuncia contra la Administración, ya que consideran que lo que hubo fue una negligencia por parte de los médicos.
A pesar de que se encuentran atravesando un profundo dolor, intentan mantenerse firmes y serenos. Los padres quieren saber qué ocurrió con su hija y quieren “que no le vuelva a pasar a nadie”.