Antonio y José Luis eran dos amigos octogenarios que vivían juntos en un mismo domicilio desde hacía varios años. Su vivienda se encontraba en Camp Redó, un barrio de la ciudad de Palma de Mallorca. Fueron hallados un mes después de su muerte en el piso que compartían.
Ninguno de los vecinos advirtió que hacía ya tiempo que ninguno de los dos aparecía por allí. Ni siquiera se fijaron en que no bajaban del piso para ir al supermercado a abastecerse de alimentos o productos básicos. Tampoco hubo familiar alguno o amigos que los echaran de menos.
Ambos fueron hallados por la Policía sin presentar signos de violencia. Los cuerpos se encontraban en avanzado estado de descomposición.
El propietario del piso en el que vivían los dos ancianos había comenzado a preocuparse. Ese mes no había cobrado el alquiler del piso, tampoco sabía nada sobre los dos hombres. Cada vez que intentaba contactar con ellos a través de llamadas de teléfono ninguno de los dos contestaba.
El casero llegó a aproximarse hasta la vivienda para contactar con ellos, pero nadie le abría la puerta cuando tocaba el timbre. Tan solo pudo notar que del domicilio provenía un olor fuerte. Tras eso, el propietario decidió dar el aviso y llamar a la policía.
Una vez que los agentes de la Policía pudieron entrar en la vivienda encontraron a los fallecidos. También hallaron una gran cantidad de medicamentos. Esto hace que una de las principales hipótesis que se baraja sea la del suicidio pactado.
Para confirmar esta teoría, se debe esperar a la autopsia y al examen toxicológico de ambas víctimas, que determinará si los fallecidos realizaron una gran ingesta de fármacos. Para ello, los cadáveres han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal de Palma.
Lo que se conoce sobre los fallecidos
Algunos vecinos afirman que uno de los dos ancianos tenía una grave enfermedad. Aseguran que uno de ellos estaba postrado en la cama. Otros vecinos, en cambio, confiesan que hace algo de tiempo, uno de ellos se desorientó y apareció perdido en el barrio.
Algo que se baraja y que tiene gran peso es que el suicidio fue algo pactado entre ambas personas. Se cree que fue pactado a causa de la enfermedad que padecía uno de ellos, ante el temor del otro por quedarse totalmente solo si el enfermo muriera. Antonio y José Luis se hacían compañía el uno al otro, eran lo único que tenían.
Este devastador caso, desgraciadamente, no se trata de un caso aislado. Según El Instituto Nacional de Estadística (INE), estima que un total de 5,1 millones de personas vivirán este año en soledad en España.
Es una cifra que preocupa y que se mantiene siempre al alza. Además, indican que en 2037, esta cifra ascendería a 6,4 millones de personas.
El caso de Antonio y José Luis es un problema grave que hace patente que los servicios sociales no son capaces de llegar a todo. Estos ancianos tan solo se tenían el uno al otro, pero en esencia estaban solos. Cabe destacar que en las islas un total de 120.000 personas se encuentran en la misma situación.
Antonio y José Luis llevaban un mes fallecidos y nadie les ha echado en falta durante todo este tiempo. Algunos vecinos sienten no haber sido capaces de darse cuenta de lo que ocurría.
4.003 personas cometieron el suicidio en el año 2021. Las tentativas de suicidio aumentaron durante la pandemia.
Se sabe que la soledad no deseada está relacionada con muchos de estos casos. De igual manera, es muy probablemente que estuviera relacionada con la tragedia de estos dos ancianos.