David Hernández, de 18 años, fue asesinado en mitad del confinamiento durante la pandemia COVID-19. Su cuerpo fue hallado en la zona de la Laguna de Duero, Valladolid, el 16 de abril de 2020.
David apareció con signos de violencia, entre ellos varias puñaladas y golpes. Uno de ellos en la cabeza, el cual pudo ser el que le ocasionó la muerte.
“Si a las once no aparece, llamamos a la policía”. Fueron las palabras con las que Lorena Sánchez, la madre de David, terminó la conversación telefónica con su otra hija. Llevaban rato buscándolo por las calles sin éxito cuando su hija le envió una foto que circulaba por grupos de WhatsApp.
Se trataba de un chico que habían encontrado en la zona del lago, era David. Al recibir la foto Lorena acudió a la Guardia Civil, donde le dijeron que el chico encontrado era un niño de unos 15 años. Sin embargo, Lorena proporcionó la documentación de su hijo y se confirmó la peor de las sospechas.
Sin causa y sin culpables
Dos años y medio después del fatal suceso siguen sin haber culpables ni testimonios que puedan esclarecer lo que realmente ocurrió ese día. Lo que causó que se originasen habladurías en el pueblo. “Escuchar algunas cosas ha sido doloroso”, afirmaba la madre del joven ante tal situación.
La noche anterior, Lorena junto a sus tres hijos se encontraban reunidos en casa. A las 00:00 de la noche, cantaron el cumpleaños a su hija Carolina. Sin embargo, después de eso un nervioso David en pijama anunció que tenía que salir.
La madre intentó disuadirlo para que se quedara en casa, pero no lo consiguió. Unos momentos más tarde salió tras él, pero ya no lo encontró y todas sus llamadas tampoco fueron respondidas. Así estuvo durante horas hasta que el móvil de David dejó de dar señal.
Al día siguiente, tras seguir buscando y decidir que a las 11:00 darían la voz de alarma, la familia recibió la foto del joven.
Lo que se sabe
El único testimonio del que hay constancia es el del hombre que encontró el cadáver del joven sobre las 7:30. Lo halló a unos 100 metros de la casa de David y su familia. Fue la persona que dio el aviso a la Guardia Civil.
Se registró toda la zona en busca de pruebas e indicios que ayudaran a descubrir lo sucedido, pero no se encontró nada. Tiempo después la unidad del Grupo Especial de Actividades Acuáticas rastreó la laguna. Se buscaba algún arma del crimen, sin embargo, tampoco hubo éxito.
David apareció con golpes, dos puñaladas y heridas de haberse defendido. También con los objetos que su madre afirma que cogió al salir de casa: un encendedor y su móvil, ahora apagado.
Años después la investigación continúa abierta, aunque sin ninguna novedad, puesto que no hay indicios. Lorena sigue desesperadamente buscando respuestas sin cesar, en busca de una justicia que aún no ha llegado para su hijo David.
Ha continuado moviéndose con el objetivo de encontrar por fin a los responsables de la muerte del joven. Ha organizado concentraciones con vecinos para pedir que se rompa el silencio. Que cualquier persona que tenga información hable y cuente la verdad.
Concentraciones para pedir también que la Guardia Civil no archive el caso y prosiga la investigación. Lorena no pierde la esperanza de saber qué fue lo que ocurrió aquel día.
Para ella su hijo era todo bondad y educación. Una persona afectuosa y bromista, aquellos que lo conocieron lo saben, afirma. Lorena no encuentra explicación ante tal ataque que sufrió su hijo y que le costó la vida ese 16 de abril de 2020.
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