Unos 108 millones de personas necesitaron ayuda humanitaria en 2018 a consecuencia de desastres tales como tormentas, inundaciones, sequías e incendios forestales, una cifra que podría crecer en un 50 por ciento hasta los 162 millones anuales en 2030, advirtió hoy la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En un informe elaborado junto a otras 15 agencias e instituciones internacionales, en coincidencia con el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, la organización también recuerda que una de cada tres personas en el mundo no está cubierta por sistemas de alerta temprana contra este tipo de catástrofes.
Prevención de fenómenos severos
«Estar preparados y ser capaces de reaccionar en el momento oportuno y en el lugar adecuado puede salvar muchas vidas y proteger los medios de subsistencia de las comunidades de todo el mundo», subrayó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas. Estos sistemas sirven para prevenir desde ciclones y huracanes a inundaciones, sequías, olas de calor, incendios forestales, tormentas de arena y polvo, plagas de langostas del desierto, inviernos rigurosos o desbordamientos repentinos de lagos glaciales.
El estudio recuerda que en el último medio siglo los desastres naturales asociados al clima causaron más de dos millones de víctimas mortales, el 70 por ciento de ellas en países menos desarrollados, y ocasionaron pérdidas económicas por valor de 3,6 billones de dólares. Aunque la media de fallecidos por catástrofe se ha reducido en un tercio durante ese periodo, la cantidad de desastres registrado se ha quintuplicado, y las pérdidas económicas se han multiplicado por siete, alerta el informe.
El cambio climático interactúa con la salud humana
Taalas subrayó que aunque este año se ha visto marcado por una crisis sanitaria, la de la pandemia de COVID-19, «es fundamental recordar que el cambio climático seguirá representando una amenaza constante y creciente para la vida humana, los ecosistemas, las economías y las sociedades durante los siglos venideros. La recuperación de la pandemia de COVID-19 es una oportunidad para tomar un camino más sostenible hacia la resiliencia y la adaptación frente al cambio climático causado por el hombre, apuntó el meteorólogo finlandés.
El informe subraya como punto positivo que la financiación de medidas para mitigar los efectos del cambio climático está alcanzando «niveles sin precedentes», y en 2018 superó por primera vez el umbral de los 500.000 millones de dólares. Sin embargo, advierten OMM y el resto de agencias, las medidas adoptadas hasta la fecha son insuficientes para afrontar un calentamiento global medio de 1,5 grados en este siglo, ante el que se necesitaría invertir unos 180.000 millones de dólares anuales entre 2020 y 2030.