El perfil de Sandra Bermejo no encaja con el de un suicidio o una desaparición voluntaria. Podría haber sufrido un accidente, pero en estos casos el cuerpo no tarda tantos días en aparecer. Por eso va cobrando fuerza la tercera hipótesis, la del secuestro, con nuevos e inquietantes detalles.
Sandra Bermejo, psicóloga madrileña de 32 años, desapareció el martes 8 de noviembre en el Cabo de Peñas, en Asturias. Encontraron su coche abandonado en un párking de la zona, con sus pertenencias pero sin el móvil. Inicialmente pensaron que habría caído por las rocas, pero su cuerpo no aparece.
Los investigadores, que hasta ahora pensaban en un suicidio o una caída accidental, ahora investigan otras posibilidades. Creen que Sandra pudo haber subido a otro coche tras bajar del suyo, y haber desaparecido. La agenda de la psicóloga ha aportado nuevas pistas que aumentan la incertidumbre.
Tenía dos citas esa tarde
La investigación ha revelado que la presencia de Sandra Bermejo en el Cabo de Peñas fue totalmente improvisada. No tenía que estar allí esa tarde, ya que en su agenda tenía programadas dos consultas a esa hora. La psicóloga tenía que atender a dos pacientes por videollamada.
A última hora, los dos pacientes anularon las visitas por motivos que se desconocen. En todo caso, eso le dejaba la tarde libre hasta la cita con su amiga para ir al teatro, a eso de las siete. Lo más probable es que aprovechara ese tiempo libre para ir a uno de sus lugares favoritos, el Cabo de Peñas.
Sandra era una amante de la naturaleza, y ese fue uno de los motivos por los cuales hace dos años cambió Madrid por Asturias. El Cabo de Peñas, uno de sus rincones favoritos, se encuentra a 25 kilómetros de su casa. Iba allí a menudo y conocía bien esta zona con acantilados de más de 100 metros de altura.
¿Una tercera persona?
Sandra no se presentó a la cita de las siete de la tarde, y al día siguiente tampoco hizo la videollamada con su madre. La amiga de Sandra le mandó varios mensajes pero ella no respondió. A su madre también le pareció raro, porque nunca faltaba a la cita semanal de videollamada.
El abogado de la familia, Juan Manuel Medina, apunta que “La hipótesis del suicidio la descartamos por el perfil de Sandra. No sabemos si ha sido un accidente, pero por experiencia en estos casos han pasado demasiado días sin que el cuerpo aparezca. Pensamos en la intervención de una tercera persona”.
Según la tía y madrina de la joven desaparecida, ahora mismo todo el mundo puede ser sospechoso. “Los conocidos de Madrid son de toda la vida, y la gente de Gijón la conocemos muy poco y no los puedo juzgar”, ha afirmado. Esa posibilidad aumenta las opciones de que Sandra siga viva.
Un misterioso chico
La Policía Nacional está revisando todas las placas de las matrículas de los coches que estuvieron en el Cabo de Peñas ese día. En paralelo, la asociación SOS Desaparecidos ha pedido fotos y vídeos de la zona, entre las 13 y las 18 horas de aquel martes. Piden imágenes donde se vean personas y coches.
“Sandra era una persona completamente normal”, apunta el abogado, “la primera de su promoción en la universidad. Había tenido una pareja con la que mantenía una excelente relación y que se desplazó para hacer las primeras investigaciones. No había ningún tipo de adicción ni de enfermedad”.
Ahora cobra interés la información que apareció hace unos días sobre un chico que le dejó una foto dedicada en una floristería. Se hablaba de un deportista que se dedicaría al remo, y con el que ella mantenía algún tipo de relación. Pero no ha trascendido nada más sobre esta posible línea de investigación.