El instinto salvaje del oso Goiat cada vez le está generando más enemigos. El animal es un gran depredador de ovejas y caballos que habitan entre el Pirineo catalán, aragonés y francés. Es un oso conflictivo para los ganaderos, porque amenaza los rebaños de toda la cordillera y cambia de lugar continuamente.
El diario 'Público' informa que las Cortes de Aragón aprobaron el pasado martes una resolución simbólica para obligar a deportar este joven macho fuera de las montañas pirenaicas. El debate fue muy polémico y tensa las relaciones de los gobiernos de Aragón y Navarra con el francés y el catalán. Muchos diputados e integrantes del gobierno aragonés reclaman que Cataluña y Francia asuman el coste de los daños que ha provocado.
El oso Goiat en el punto de mira
La proposición de las Cortes aragonesas no es de obligatorio cumplimiento, pero muestra el malestar de los ganaderos del Pirineo. Solo entre abril y julio de este año, se le atribuyen 15 ataques a ovejas, corderos, vacas y caballos en el Valle de Aran. Sin embargo, desde entonces a Goiat se le acusa de al menos un ataque a terneros, otro a corderos y tres en colmenas de abejas en la comarca oscense del Sobrarbe.
Debido a estos daños, algunos políticos presionados por los intereses económicos, sin tener en cuenta los valores naturales que aporta la especie, presionan al gobierno a iniciar la retirada del oso y exigen a las administraciones responsables de la presencia de Goiat a pagar indemnizaciones. Además, piden «poner todos los medios disponibles para censar los ejemplares de oso y de lobo que hay en Aragón y a informar a través de una página web de la situación exacta de Goiat».
Esta proposición inquieta mucho a los partidos ecologistas porque señalar donde está el oso sería fomentar la caza furtiva. Comparan esta situación con la que gestionan los franceses: sus guardas forestales ofrecen datos de localización de solo cuatro de los 40 ejemplares adultos que hay en la cordillera con al menos un día de retraso para evitar cacerías.
Peor ambiente por culpa de multas a manifestantes contra el oso
El conflicto está muy lejos de resolverse, nadie pone sobre la mesa una solución definitiva para garantizar la convivencia entre estos animales y la ganadería. Mientras, los ganaderos protestan y se convocan manifestaciones en contra de la reintroducción del oso y el lobo, la otra especie que preocupa su instinto natural.
Este verano pasado, la Subdelegación del Gobierno en Huesca ha impuesto dos multas de la ‘Ley Mordaza’ de 2.000 euros cada una, a cinco de los participantes de esta protesta que llevaban pancartas y esquilas. Parece que el oso y otros depredadores históricos del país ya no tienen lugar en nuestro paisaje pirenaico, los ganaderos están muy enfadados y su intolerancia pone en peligro la fauna salvaje.