El detenido por el asesino de Cristina Cabo, una mujer de 42 años, en Lugo, ha confesado los hechos. Se trata de un hombre de 30 años de origen colombiano y que llevaba en España dos meses. “Estaba muy drogado y se me fue de las manos”, ha sido su explicación para justificar el crimen.
Sin embargo, la autopsia revela que hubo un ensañamiento y uso de una violencia extrema con más de 40 puñaladas. Según ha explicado, la mató porque se negó a darle un dinero que le había prometido y entraron en un forcejeo. La jueza ha decretado prisión provisional a la espera del juicio.
La muerte de Cristina, una vecina muy querida en Lugo, sigue causando una profunda conmoción. Miles de lucenses se han echado a las calles para recordar a su vecina y pedir justicia y el fin de la violencia contra las mujeres. Este caso se resolvió en tiempo récord a pesar de las dificultades.
El relato del asesino
Cristina Cabo Buján fue asesinada en el piso donde vivía sola, en el barrio de La Milagrosa, la madrugada del domingo 25 de noviembre. Nadie vio ni escuchó nada, y no descubrieron el cadáver hasta la noche del domingo. Los investigadores se prepararon para un caso complicado y una larga investigación.
Sin embargo, tras varias horas de visionado de cámaras, revisión de teléfonos y análisis de movimientos, consiguieron resolver el caso. También ayudó la declaración de un testigo que identificó al autor de los hechos. Lo detuvieron mientras estaba planeando su fuga del país, y se resistió a la detención.
La policía estableció como principal hipótesis que la víctima y agresor se conocieron la noche anterior en un bar de copas. Que luego fueron a casa de ella y que allí se produjo la agresión mortal. Tras varias horas de interrogatorio, el detenido ha confesado los hechos y ha contado su versión.
Móvil económico, no sexual
El arrestado ha asegurado en todo momento que no sabía lo que hacía porque estaba bajo los efectos de las drogas. De hecho, también ha afirmado que la víctima había tomado sustancias estupefacientes. Y ha negado en todo momento el móvil machista o que hubiera ninguna agresión sexual.
El autor del crimen reconoce que se ensañó con la víctima sin ser consciente de sus actos. Según cuenta, ella se negó a darle un dinero que le había prometido y le intimidó con un cuchillo de cocina para que se fuera. Pero él le arrebató el cuchillo y le asestó un gran número de puñaladas.
La autopsia revela marcas de defensa en el cuerpo de la víctima, lo cual indica que ella peleó por su vida hasta el final. Luego el asesino dejó a la mujer muerta en su dormitorio y huyó ensangrentado hasta su domicilio. En su casa encontraron varios objetos de la mujer asesinada.
Hombre muy violento
El asesino de Cristina llevaba en Lugo solo dos meses y había sido identificado días antes del crimen por robarle el bolso a una mujer. Residía en España con un visado de turista, pero estaba en trámites de regularizar su situación. Ahora se encuentra en prisión provisional, acechado por las evidencias.
La prueba más contundente, pendientes de las pruebas de ADN, es el ordenador portátil de la víctima que encontraron en el domicilio del detenido. El hombre ha admitido también que él y Cristina no se conocían anteriormente. Se conocieron aquella misma noche, en un bar del centro amurallado.
El imputado por el homicidio de Cristina es un hombre muy violento que opuso resistencia en el momento de la detención. Fueron necesarios cinco agentes para reducirlo. Lo cual muestra también la gran violencia que seguramente tuvo que soportar la víctima en el momento del ataque mortal.