La muerte de Leila y Alana, las dos gemelas de 12 años que se precipitaron desde un tercer piso, sigue dando mucho de qué hablar. El luto y la consternación se han apoderado de la población de Sallent (Barcelona) tras el suicidio de las dos pequeñas.
Y es que detrás del suceso, hay un motivo indignante que conmocionó a todo el mundo: las niñas estaban padeciendo bullying en el instituto. Ahora, los padres de Alana y Leila han querido romper su silencio.
A través de una carta en La Vanguardia, la familia agradece a las personas que les están ayudando en momentos tan difíciles mientras siguen muy pendientes de la evolución de la otra adolescente, que todavía se encuentra en estado grave en el hospital.
“No se llamaba Iván, se llamaba Alana”
Por otra parte, denuncian la publicación en los medios de informaciones “poco verídicas, infundadas y contradictorias” en base a fuentes “no siempre originarias”.
Unas informaciones que han generado “más dolor” en la familia, llegando a “contaminar la investigación” y “politizando” la tragedia, argumentaban los padres de las gemelas.
Por eso piden que no se haga “bandera política” del caso. También subrayan una idea al final del texto: “No se llamaba Iván, se llamaba Alana”.
El Gobierno reconoce que fallaron en el caso de las gemelas
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, habló ayer jueves por primera vez sobre el caso de las gemelas de Sallent y admitió que “cada joven que se quita la vida es un fracaso colectivo como sociedad”.
En este sentido, subrayó que “hay que hacer mucho más” para evitar que ocurra. Aragonés añadió que la salud mental de los jóvenes preocupa al ejecutivo y, por ello, dijo, “desde el primer día, se ha incrementado el apoyo en el ámbito de la salud mental de los jóvenes”.
Aragonés quiso trasladar “todo el apoyo y solidaridad” a las víctimas de Sallent y su entorno, y pidió “el máximo respeto”. El presidente recordó que existen dos investigaciones en marcha: la del Departamento de Educación, a través de Inspección, y la judicial.