Carlos Bejarano Gallardo, de 37 años, sufrió una crisis nerviosa el 12 de septiembre y murió en el hospital una semana más tarde. Entremedio, una actuación de la policía para reducirlo que ahora está en el foco de la polémica. El padre del fallecido, Ángel, ha denunciado los hechos con un vídeo viral en las redes sociales.
“Llamé a la Guardia Civil para que me ayudaran con mi hijo, pero en vez de ayudar lo mataron”, denuncia en Twitter. El mensaje va acompañado de un vídeo que muestra la contundente actuación de los agentes para reducir a su hijo. Con ello culpa a los guardias civiles de la muerte de Carlos.
Fuentes de la Guardia Civil aseguran en El Español que la actuación fue proporcionada y no causó la muerte de la víctima. Una versión muy distinta a la del padre de Carlos, que afirma que los agentes redujeron a su hijo “de manera brutal”. En Twitter está el vídeo para que cada cual saque sus conclusiones.
La llamada a la Guardia Civil
En apenas doce horas el vídeo lleva más de 12.000 retuits y 15.000 me gusta, haciéndose viral y recogiendo todo tipo de comentarios. Carlos fue reducido por los agentes en la puerta de su casa en Mairena de Aljarafe (Sevilla). Entró en coma y murió el 19 de septiembre en el hospital donde estaba ingresado.
Carlos trabajaba como chófer para la aseguradora Mapfre, estaba soltero y vivía con sus padres en un adosado de la calle Camilo José Cela. La tarde del lunes llegó de trabajar en un estado muy alterado. Su padre asegura que “venía drogado”, y así lo corroboran los análisis que le hicieron en el hospital.
Había consumido cocaína y hachís y apareció en casa muy nervioso y violento, desatando una discusión con sus padres. Lo echaron de casa y Ángel llamó al 062, el número de la Guardia Civil para emergencias. Una patrulla con dos guardias civiles se presentó para intentar reducir al muchacho.
La actuación de la policía
Los agentes se encontraban dentro del hogar hablando con los padres cuando Carlos lanzó un martillo contra la puerta. Ese fue el momento en el que los policías decidieron reducir al joven violento y llevárselo detenido. Iniciaron las maniobras habituales en este tipo de situaciones y que exigen contundencia.
Sin embargo, Ángel señala que la actuación fue desmedida y que tuvo consecuencias fatales. “Era brutal, se liaron a pegarle, dándole porrazos en la cabeza y todo el cuerpo”, explica. Una vez reducido se montaron encima de él para ponerse las esposas con las manos por detrás.
Ángel se dio cuenta de que la situación no era normal y decidió coger el teléfono móvil para grabarlo todo. En el vídeo de 26 segundos se ve a los agentes poniéndole las esposas a Carlos, que está boca abajo sujetado por el cuello. El joven se remueve nervioso hasta que se queda inmóvil.
Hay un segundo vídeo
Según cuenta Ángel, fue en ese momento cuando quedó asfixiado por la presión y perdió el conocimiento. El consumo de cocaína y la agitación del momento pudieron conducir a la parada cardiorrespiratoria que lo dejó en coma. Dos agentes más de refuerzo se sumaron a las labores para acabar de reducirlo.
Fueron los propios guardias civiles quienes iniciaron la reanimación cardiopulmonar al ver que Carlos no reaccionaba. El padre denuncia que lo hicieron manteniendo al detenido con las manos esposadas a la espalda. Un segundo vídeo de 28 minutos, que aún no ha subido, muestra este fatídico momento.
También critica que las ambulancias tardaron mucho en llegar y que la primera que lo hizo era no medicalizada. Una vez allí, explica, pidieron quitarle las esposas y retomaron las labores de reanimación hasta lograr estabilizarlo. De ahí fue trasladado al Hospital de San Juan de Dios, en Bormujos.
La versión de la policía
Carlos nunca despertó del coma y una semana después le retiraron la respiración artificial y murió. Este mismo día, el 19 de septiembre, los padres presentaron una denuncia contra los agentes y el personal sanitario. Les consideran responsables directos de los daños irreversibles de su hijo con resultado de muerte.
Admiten que su hijo se enfrentó a los agentes de manera violenta pero consideran que la actuación de la policía fue desmedida. “Trataron de reducirlo incluso con defensas metálicas plegable, lo tiraron al suelo y le comprimieron el cuello y el tórax”. Así lo relata en la denuncia presentada en el juzgado número 14 de Sevilla.
La Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla ha declinado por ahora hacer observaciones sobre lo ocurrido. Fuentes internas sí han desvelado que la actuación fue la habitual en estos casos. Aseguran que utilizaron el equipo reglamentario contra un hombre que estaba “de cocaína hasta arriba” y que era “un peligro para terceros”.