Carla Agostina Triga, una argentina de 22 años que llevaba días desaparecida, ha sido hallada muerta con signos de violencia. La joven salió de casa el 3 de julio para entrevistarse con un hombre que le ofrecía trabajo de niñera. La policía lo investiga ahora como un caso de feminicidio.
El pasado domingo, Carla Agostina salió de la casa de su abuela donde vivía en General San Martín (Argentina). Ha estado cuatro días desaparecida hasta que ha aparecido muerta en una fábrica abandonada de la zona. La investigación ha llevado hasta la última persona que la vio con vida.
Se trata de un hombre, camionero de profesión, que la había citado para una entrevista de trabajo como niñera. Los agentes tratan ahora de localizar al presunto asesino, que se encuentra en paradero desconocido. Se da la circunstancia de que la víctima había sido víctima de violencia de género anteriormente.
Era una mujer maltratada
Carla Agostina era una mujer maltratada que había decidido mudarse con su hijo de 4 años a casa de su abuela. Allí comenzó una nueva vida e incluso retomó los estudios, con la ilusión de salir adelante. Con mucho esfuerzo, compaginaba sus estudios con su trabajo como panadera.
Carla dedicaba las mañanas a su trabajo en la panadería, y una vez acabada su jornada laboral se iba al instituto. Allí realizaba los estudios de secundaria que había abandonado. Mientras, no dejaba de buscar nuevos empleos con la intención de ir mejorando su posición y darle una vida mejor a su hijo.
Fue en esa búsqueda cuando encontró la noticia de una oferta de trabajo que lo cambiaría todo de manera trágica. Un hombre de profesión transportista ofrecía trabajo de niñera para cuidar de sus dos hijos. La chica, con experiencia al cuidado de su hijo, pensó que era una buena oportunidad para prosperar.
Fue a una entrevista de trabajo
Carla y el empleador tuvieron varias conversaciones y se citaron el día 3 de julio para una entrevista de trabajo. Era el mismo día que su hijo cumplía cuatro años, así que durante el día ella estuvo en la celebración familiar. Al terminar la fiesta se montó en el autobús y acudió a la entrevista de trabajo.
La abuela de la chica la llamó para saber cómo había ido la reunión con el camionero, pero el móvil estaba desconectado. Pasaron las horas y Carla no volvió a casa, así que al día siguiente la familia interpuso una denuncia ante la policía. Entonces empezó una agónica búsqueda que ha acabado días después.
La policía organizó un amplio dispositivo que incluía la búsqueda de la joven con drones por la zona donde desapareció. La angustia aumentaba a medida que pasaban los días. Mientras tanto, los agentes iniciaron una investigación que llevaba al hombre con el que había quedado la desaparecida.
Murió apuñalada
En una fábrica abandonada encontraron el cuerpo sin vida de Carla Agostina Trigo, con una puñalada mortal. El agresor le propinó una cuchillada a la altura de los riñones que acabó con su vida. Además, encontraron en el cuerpo de la víctima heridas defensivas que indican que peleó con el asesino.
La policía ha concluido que el presunto asesino de la joven es el empleador, y han calificado el caso como un feminicio. De momento el sospechoso no ha aparecido y sigue prófugo de la justicia. La noticia ha causado una gran consternación entre sus allegados y vecinos.
Pero la noticia también ha causado un impacto en todo el país, dadas las circunstancias del crimen. Los medios locales destacan la trágica muerte de una joven que luchaba por sacar a su familia adelante. Además, se enmarca en el contexto de la violencia contra las mujeres en Argentina.
'No vayas, es tarde'
La abuela de Carla, devastada por lo ocurrido, ha explicado a los medios locales como ocurrió todo. "Nos había dicho que había conseguido trabajo para ir a cuidar un niño, que su papá era camionero y que los niños vivían con la abuela", contó. Dice que Carla necesitaba trabajo para salir adelante.
Empujada por la necesidad pactó una entrevista como el camionero y fijaron la cita para el domingo. "Desconfié y le dije a ella 'no vayas, es tarde", explica. La abuela tuvo una corazonada, pero la joven fue igualmente "entusiasmada porque necesitaba ese empleo".
"Se puso un pantalón negro, deportivas y sudadera y salió de casa, tomó el autobús y ya no la vimos más", recuerda con tristeza. Fue al cabo de un rato cuando perdió la conexión con la joven. La familia de Carla se encuentra destrozada por la muerte de una niña que había superado lo peor.