La vida marina colorea el océano tal como se ve desde el espacio. El fitoplancton marino usa clorofila para utilizar la energía solar y poder nutrirse, siendo responsables de la tonalidad verde del agua. Para finales de siglo, gran parte del mar habrá cambiado de color porque el cambio climático está alterando su biodiversidad y la distribución.
Un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha diseñado un modelo virtual que presenta el color de los océanos a lo largo del siglo según varía al fitoplancton. Con el calentamiento, los mares seguirán siendo azulados o verdosos, pero con nuevas tonalidades. Y el cambio de color indica toda una cadena de alteraciones de la cadena de vida del mar.
Océanos azules, turquesas y verdosos por las algas y otros microorganismos
El océano es azul porque refleja la luz azul. Según la física de la luz, cuando los rayos solares inciden sobre el agua la mayor parte del espectro de la luz, el arcoíris en el que se descompone, es absorbida. Solo la banda del azul rebota y, como pasa con el cielo, el mar se ve azul. Pero no solo es este color, tiene tonos de azulados a verdosos, con el turquesa entre medias.
Y es así porque en el mar no solo hay agua, también hay plantas, microorganismos y otros tipos de materia orgánica que le dan una gran variedad de colores, solo observable desde el aire o en el espacio. Entre las algas y la materia orgánica, que realizan cuotidianamente la fotosíntesis para alimentarse, generan clorofila y por lo tanto la luz que más refleje es el verde, de ahí las tonalidades verdosas de muchas partes de los mares.
La mayor parte del calentamiento global lo están absorbiendo los océanos. Los investigadores estiman que, de no hacer nada para reducir las emisiones de CO2, la temperatura media global de la superficie marina suba en 3º para finales de siglo. Esto afecta muchísimo al fitoplancton, el conjunto de algas y otros microorganismos, y por lo tanto el color del agua marina.
El cambio de temperatura de los océanos modifica las corrientes marinas y los nutrientes
Según el nuevo estudio, publicado en Nature Communications, «el calentamiento de los océanos altera la circulación oceánica y el agua del océano profundo que emerge a la superficie. El fitoplancton necesita la luz y nutrientes. Y la mayor parte de esos nutrientes viene de las profundidades. Los cambios inducidos por el calentamiento están deteniendo la subida de nutrientes a la capa superficial, por lo que lo más probable es que el fitoplancton disminuya en muchas partes del océano».
Según la autora principal del estudio, Stephanie Dutkierwicz, «las temperaturas también afectan a cómo de rápido crece el fitoplancton. Algunas especies adaptadas al agua caliente lo hacen más rápido que otras adaptadas a las más frías. Así que, con un océano más cálido en las regiones donde haya más nutrientes, unas aguas más calientes pueden aumentar la cantidad de fitoplancton».
Con estos efectos, la experta asegura que parte del océano ya está cambiando de color y, para 2100, el modelo informático estima que hasta algo más del 50% de la superficie marina podría tener otro color. «Los cambios serán muy sutiles, el ojo humano probablemente no los vea, pero sí los sensores ópticos de los satélites.
Algunas regiones, grandes zonas al norte y al sur del ecuador, los giros subtropicales, serán posiblemente más azules». Sin embargo, el verde se hará más evidente en las aguas polares y en las aguas costeras tropicales donde el fitoplancton lleve mejor el calor.