Esta enorme especie de ballena vuelve a ser frecuente en el mar Mediterráneo. La ballena jorobada estaba desaparecida durante el siglo pasado de nuestras aguas marítimas. Pero, según los biólogos, en los últimos años han aumentado las observaciones de este animal, como para creer que han decidido volver por un largo tiempo.
Un grupo de expertos de la Universidad de Sevilla, y del Acuario de esta ciudad, consideran que vuelve a haber movimiento de estas ballenas en el Mediterráneo a causa de su posible desorientación y el seguimiento de rutas migratorias de otras especies, pero también este cambio está motivado por la búsqueda de alimento.
La ballena jorobada es una especie que realiza largas rutas de migración desde los polos (norte y sur), donde se localizan las zonas de alimentación, hasta el ecuador, para reproducirse en las 15 zonas de reproducción detectadas por la comunidad científica hasta el momento.
Confirman esta tendencia monitorizando el viaje de un ejemplar de esta especie
En la primavera de 2016, una nave científica dedicada a la observación de cetáceos detectó un ejemplar joven de ballena jorobada cerca de Algeciras, al cual se le colocó un chip GPS para seguirlo y tomar datos de su comportamiento por el Mediterráneo. Los investigadores del rastreo del animal informan que la ballena fue observada dos periodos diferentes que coincidieron con las mareas vivas, mientras que se iba de nuestra área durante las mareas muertas.
A lo largo de este tiempo, descubrieron que la ballena se acercaba a los barcos pesqueros para comer. Los biólogos creen que el cetáceo encontró peces que son la base de su alimentación como cangrejos, kriles antárticos o peces linterna, en nuestra área mediterránea. Este hecho es la clave para entender por qué su presencia es tan duradera en nuestro mar, y que el factor alimentario es determinante.
Dónde es más fácil de ver estas ballenas es en aguas del Estrecho
Que la gran mayoría de ballenas jorobadas detectadas sean ejemplares jóvenes, explica que nuestro mar es un punto de avituallamiento muy atractivo de estos cetáceos durante sus migraciones. Un punto medio donde comer en sus largos viajes entre el polo norte donde nacen hacia el ecuador.
El cambio climático, que ha propiciado un cambio de la temperatura del mar o la aparición de especies nuevas, como el kril antártico en el estrecho de Gibraltar, han hecho aumentar la presencia de esta ballena en el Mediterráneo y la previsión de que vengan más.