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Foto del incendio

Adiós a Ángel, el héroe español que ha dado la vida por sus vecinos

Un vecino de Tábara escribe esta emotiva carta para despedirse del hombre fallecido este martes

Ángel Martín, el vecino de Tábara que arriesgó su vida en el incendio de este verano, ha muerto en el Hospital de Valladolid. Este hombre de 53 años es la cuarta víctima del incendio que el 17 de julio arrasó esta zona de Zamora. Intentó hacer un cortafuegos con la excavadora y se vio atrapado por el fuego.

La imagen de Ángel saliendo de las llamas con la ropa y el cuerpo encendido dio la vuelta a España. Desde entonces permanecía ingresado en el hospital, con graves quemaduras en el 80% de su cuerpo. Los médicos hicieron todo lo posible por salvarle la vida, pero ayer confirmaron su fallecimiento.

La muerte del ‘héroe de Tábara’ ha causado una profunda consternación en su pueblo. Los vecinos han recordado su acto de generosidad al arriesgar su vida para evitar que el fuego llegara hasta el pueblo. Un vecino de la localidad, José Almeida, ha publicado una emotiva carta en La Opinión de Zamora.

Adiós a Ángel Martín

“Ha muerto Ángel Martín, la cuarta víctima de los voraces incendios que en junio y julio arrasaron una parte muy importante del pulmón de esta provincia”. Así empieza la carta de despedida a Ángel, vecino de Tábara fallecido a los 53 años. La escribe José Almeida, hospitalero del albergue de Tábara.

Incendio forestal
Las llamas arrasaron Losacio y Tábara este verano | Getty Images

José recuerda que Ángel ha muerto porque las quemaduras le han vencido “tras varios meses luchando por su vida”. El resultado son “cuatro víctimas en dos incendios, una estadística demasiado elevada y un precio demasiado alto”. Todo, asegura, “por no hacer las cosas como tenían que haberse hecho”.

“Seguramente con el paso del tiempo, para aquellos que hablen de este suceso los datos figurarán como una mera estadística. Pero para su familia, para los amigos y los conocidos de Ángel, representa una tragedia que difícilmente podremos olvidar. Ahora lloramos esta pérdida irreparable”, añade.

Un mensaje de esperanza

Según dice la carta, “el luto que hasta ahora teñía nuestros valles y montes, con esta triste noticia se ha instalado en nuestro corazón. Las praderas comenzarán a reverdecer, veremos como los brotes van transformando el suelo yermo en lugares de vida. Las laderas de los montes irán cambiando de color y el verde comenzará a predominar”.

“Sobre todo las generaciones más jóvenes”, prosigue, “volverán a contemplar en esta tierra esos robles y encinas que fueron pasto del fuego. Lo que resulta irremplazable son las vidas de estas cuatro personas. Se consumieron tratando de sofocar estos incendios que la negligencia avivó con fuerza”.

Este vecino aprovecha para recordar que “la falta de previsión y de medios hicieron que los incendios resultaran letales”. En sus palabras, “se producirán manifestaciones de dolor, pésames de cortesía y lamentos por lo ocurrido. Pero seguimos condenados a que se vuelva a repetir en esta provincia abandonada a su suerte”.

Una viuda y una niña

“Cuando el voraz incendio rodeaba Tábara y amenazaba con adentrarse en la población, Ángel no miró para otro lado. Se dirigió al centro del problema para tratar de atajarlo. Y en su intento de evitar una tragedia mayor, él se convirtió en una de estas tragedias que nos ha dejado el fuego”, recuerda en la carta. 

Para este vecino, Ángel “siguió los impulsos que le dictaba el corazón cuando se dirigió al lugar donde el fuego era más virulento. Un cambio de viento lo envolvió entre las llamas convirtiéndole en una tea humana. Fue estremecedor verle salir de aquel infierno envuelto en llamas”, explica.

Imagen del incendio
Imagen de la máquina excavadora de Ángel entre el fuego | Archivo

“Ángel ha dejado atrás una viuda y una niña que se encuentran desprotegidos al perder el referente que tenían en su vida. Es responsabilidad de nuestros dirigentes solucionar el problema al que tras esta pérdida tienen que enfrentarse. Es el momento de implicarse en solucionar un problema que nunca debía haberse producido”, dice la carta.

“Tábara se salvó del fuego por Ángel y otros que como él arriesgaron su integridad para que el pueblo no se viera arrasado por las llamas. Siempre debemos estar agradecidos a estas personas que pusieron en riesgo su vida. Gracias Ángel por entregarnos lo más valioso que tenía, nunca olvidaremos el valor que demostraste”, concluye.