Adiós a Ángel y Carlos, padre e hijo fallecidos juntos trágicamente lejos de casa

El tanatorio de San Carlos en Salamanca acogió ayer lunes el último adiós de los fisioterapeutas Ángel y Carlos Basas. Padre e hijo fallecían el pasado 23 de febrero en Nueva Zelanda a causa de un accidente de tráfico. Los dos habían decidido pasar unos días de vacaciones allí tras trabajar en el Mundial de Campo a través.

Ángel Basas, de 55 años de edad, era parte del equipo de fisioterapia de la Federación Española de atletismo desde los años 90. El profesional había participado hasta en ocho Juegos Olímpicos, además de en más de 100 competiciones internacionales.

Su hijo, con 24 años, estaba recién graduado en Fisioterapia y había formado parte del grupo de fisioterapeutas de la federación en el último Festival Olímpico de la Juventud Europea.

Ni su ciudad ni el deporte han querido dejar solos a su familia. El tanatorio se ha llenado de rostros conocidos del mundo del deporte, así como de sus familiares y amigos. A su despedida también ha acudido el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

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Una despedida multitudinaria 

El funeral celebrado en la tarde de ayer lunes, ha dejado ver el cariño que sus paisanos les tenían a ambos profesionales. Los restos mortales de padre e hijo llegaban el pasado domingo a su provincia natal para poder ser velados. Hasta el tanatorio se han acercado miles de personas para darles su último adiós y apoyar a sus seres queridos. 

La pérdida de ambos provocó un duro golpe en el deporte español, en concreto en el atletismo. Al sepelio se han acercado personalidades del mundo deportivo como el Director General de Deportes de la Junta, Enrique Sánchez Guijo, o el atleta Mario García Romo. Una despedida que marcará la historia del atletismo español.

Los dos fallecidos eran conocidos en el mundo del atletismo | Getty Images

Padre e hijo perdían la vida tras haberse desplazado hasta Nueva Zelanda, después de haber estado junto al equipo español en el campeonato disputado el pasado 18 de febrero. Allí, disfrutaban de unos días de desconexión antes de volver a retomar de nuevo la rutina, que nunca pudieron volver a empezar.